Fecha de visita: 06/04/2018
Cena 4pax.
Precio por persona: 43 euros.
Comida 7.
Entorno: 5
Rcp: 6,5
Servicio: 6,5
Servicio del vino: -
Lo mejor: El bao de pastrami, el bao de oreja y el mochi donut.
Lo peor: El local, expectativas muy altas.
Viernes noche, 100% de ocupación, sin doblar ninguna mesa. Me sorprende agradablemente que al no doblar mesas se cena con tranquilidad, sin ninguna prisa. Tenía entendido que, al menos cuando no reservaban mesas, toda la experiencia era muy rápida, comías enseguida e incluso con prisas para dar de nuevo la mesa a otros comensales, nada que ver.
El local me pareció muy feo, no es que me pareciera un estilo deliberadamente descuidado o informal, es que en mi opinión es directamente feo. En el local tres mesas altas para seis comensales, unas pocas bajas para dos o cuatro y algunos puestos en la barra, es francamente pequeño. Mesas evidentemente sin mantel, ni tan siquiera individuales, adecuado al concepto del restaurante. La mesa alta me pareció bastante incómoda, tenía la sensación de que la altura de la mesa y la de las sillas no estaba bien coordinada e involuntariamente acababa con la espalda arqueada cada dos por tres, además el tipo de comida invita a acercar la cabeza a la mesa.
En lo que se refiere a la comida, bien, pero realmente me esperaba más. Hacía tiempo que tenía ganas de venir a este restaurante y quizá las expectativas eran demasiado altas. En cuanto al plato principal, el ramen, es la segunda vez que lo probaba en mi vida, pero da la casualidad que la otra fue hace poco más de un mes cuando estuvimos en Tokio y la diferencia fue bastante grande. El de Tokio me pareció bastante más sustancioso y con más sabor, aunque más grasiento, era como plato único para saciarte y no comer nada más. El de aquí sin duda más limpio y ligero, con los sabores más nítidos, pero también mucho más suaves. En ambos casos me gustó, pero ninguno de los dos me enamoró.
Los platos que pedimos, todos para compartir, incluso el ramen a pesar de la dificultad, fueron los siguientes:
En lo que se refiere al vino, tan solo un blanco y un tinto. No parece el lugar apropiado para tomar vino, así que no puntúo. Varios tipos de cerveza japonesa, pero teniendo Estrella de Galicia de grifo, la elección estaba clara.
En resumen, estuvo bien, buena experiencia, una cena muy agradable, pero esperaba algo más “emocionante”.
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