Restaurante Restaurante Simalú en Valencia
Restaurante Simalú
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
25,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingo noche
Nota de cata PRECIO MEDIO:
32 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.3
Comida COMIDA
8.0
Precio medio entorno ENTORNO
7.0
RCP CALIDAD-PRECIO
7.5
Opiniones de Restaurante Simalú
OPINIONES
7

Trasladado desde la calle Salamanca, desconozco si son los mismos en cocina y sala, aunque supongo que sí ya que las tarjetas de visita son las mismas con un adhesivo con la nueva dirección y teléfono.
Tras equivocarnos con el cambio de dirección y nuevo teléfono (debia haber hecho sospechar) llegamos casi a las 16 horas al vacío local puesto casi como mesas corridas; en realidad asientos corridos y compartidos espalda con espalda que impide el servicio de camarero que debe servir desde la cabecera de la mesa. Todo ello da un transfondo informal y juvenil, como el personal.

Elegimos el menú Tradición (25€) que equivale a Degustación con servicio en plato individual.
Aparte carta de comidas con algunas cosas interesantes en teoría y muchas más opciones de lo habitual.
Carta de vinos suficiente y buena recomendación. Incluso tiene un vino propio (Simalú) ya que se quedan una barrica para uso propio.

Unas cervezas de presión y agua con gas de entrada para frenar los calores del momento y de correr para llegar antes de que cierren cocina. En ningún momento se puso mala cara ni prisas por la hora, lo que no siempre ocurre.

La comida:
. entrante de cortesía: empanada rellena correcta y unos kikos para picar, locales poco sabrosos
. ceviche de pescado de lonja con leche de tigre. Hoy era corvina con zumo de lima, cilantro y unas algas con buenos contrastes de texturas, colores y sabores y hasta temperaturas. De lo mejor.
. calamarcito relleno de aji de gallina. Interesante.
. anticucho de ternera con yuka frita; presentado a modo de pincho sobre una hoja de panocha que avisan que no se come (peores cosas de atrezzo hemos comido), algo seca la carne

. sudado de atún soasado con gamba: sofrita la gamba con su cebolla y ajo se pone el marisco a "sudar" quedando un suquet molt bó. Para comerse un pozal.
. chicharrón de cerdo con salsa huacatay con chip de plátano macho. Hubo discrepancias de opiniones; para mí, flojo.

. postre a elección del chef: pusieron 3 diferentes para compartir y que resultaron interesantes:
Helado de lucuma que viene a ser como una avellana menos potente.
Chocolate negro con cremoso de chocolate
Cremoso de maiz morado con chocolate negro.

Como era tarde, hacia más hambre y en el primer plato pedimos que añadieran unas croquetas de camarones con alioli de pisco que resultaron pifiadas y que devolvimos en parte a cocina. Castigo por abusones. Bien por el local que no las cobró.

Las presentaciones de platos bien hechas, alegres. Buen cambio de cubiertos, variedad de vajillas. Buen servicio (personalizado) en sala, que cuenta los platos más a prisa de lo que soy capaz de retener.

Para beber arrancamos con un Dominio de la Vega cava reserva especial, que maridó bien con las especias y picantes.
Rematamos con un buen bobal: Cueva de la Culpa muy bueno

Por cortesía de la casa con los cafés unos chupitos de Pisco Acholado de Demonio de los Andes, un orujo blanco local de 44º menos seco que los gallegos.

Un paseito por los frescos de San Nicolás y a vivir que son dos dias.

Cena para dos y con demasiadas expectativas. Lo primero que recuerdo cuando entré al local es que el alma de lo que un día fue el restaurante Kaimus Centro todavía se respiraba en el ambiente... primer error...
El local , pese a tener un sutil toque de elegancia y una sensación térmica correcta , no tiene nada de intimidad , puedes escuchar perfectamente la conversación de la mesa de al lado...
El servicio de sala es agradable y cálido , nada que decir.
En cuanto a la cena ,mi gatita y yo , pedimos el menú largo , para probarlo todo y tener capacidad crítica. Nos encontramos con Causa limeña , Ceviche de corbina , Anticucho ...etc... vamos lo normal para un peruano. Únicamente y por destacar algo el tratamiento de las algas, una mahonesa de yuzu y la interesante selección de panes , ... el resto simplemente correcto y punto.
Donde queda lo de la emoción en la cocina , lo de presentar los platos como si fueran pequeñas obras de arte, lo de darle una vuelta a un producto para mejorar su sensación en boca .... desde luego aquí no.
En definitiva , si estáis por Canovas y no tenéis nada mas que hacer , pues vale , pero no espereis nada del otro mundo.

Quede claro que por 13,90€ tampoco puede esperar uno un megamenu, pero después de leer el comentario de Aurelio esperaba algo más. Llegamos en un desangelado día pre-fallas. Nadie más en el local, son ya las 15:30 y amablemente nos atienden. De aperitivo unas olivitas. De entrantes una ensalada templada de caballa a la llama, bien, una crema de zapayo verde (parecido al calabacín) con queso y chip de camote, bien de nuevo y patatin relleno de ocopa, un relleno ligeramente picante aunque sin pasarse, mejor. De plato principal pedimos atún soasado con quinoa. El mejor plato del día. De postre un postre a base chocolate... normalito. Tomamos vino, un Finca Collado Chardonnay, bueno. Servicio del vino justito y carta básica pero con alguna cosa interesante. Cocina atractiva pero para ser cocina sudamericana esperé algo más de contraste y sabor, no hay riesgos, falta algo de sabor. Seguro que la cocina local es más intensa en sabores. Intentaré probar fuera de menú porque las hechuras eran buenas...

El sábado por la noche fuimos a cenar a este restaurante peruano , yo había ido ya con mi empresa y quería llevar a mi esposo y unos amigos para que lo probase y la verdad es que les sorprendió mucho , incluso a mi la cocina que hacen es magnifica, los sabores , la presentación de los platos , e incluso como te los dicen y como te hacen llegar a conocer la cultura de ese país mediante su cocina,probamos el menú que tenían para san valentin y que decir , un ceviche espectacular, los anticuchos de ternera estaban buenísimos, ademas la causa limeña esta riquisima, y sus postres también como bizcocho de maiz morado , y helado lucuma. Lo recomiendo a todo el mundo que vaya y lo pruebe es espectacular, yo desde luego que volveré y por cierto tomare ese pisco-sour tan bueno, que suerte que habrán restaurante autentico peruano ya era hora en valencia de algo así.

Ya está aquí en Valencia la cocina peruana, y bien representada.

Y en un local en condiciones como es el que ocupaba hasta hace bien poco Kaymus Centro. Nada de ese concepto de cocina étnica en entorno étnico tirando a ranciamente típical… No: Cocina peruana bien ejecutada y presentada, en un entorno decoroso, aséptico y neutral, con pulcra dotación y buen servicio.

Eso sí, con alguna concesión mediterránea.

Disponen de varios menús. Yo iba solo, a celebrar el Día de San Vicente (es fiesta únicamente en la capital y mi familia o bien trabaja o bien estudia en poblaciones anexas… Deberían llamarle Día de San Aurelio). Y elegí el más extenso de ellos. Es más, observé que en el mismo no figuraba la causa limeña, un plato que me pirra, y pedí que la añadieran. La casa por la ventana oye, qué es mi día.

Y así quedo la cosa:

Causa limeña rellena de bonito del norte.
Ceviche de pescado de lonja, langostino, choclo y boniato.
Langostinos con tamarindo y quinoa.
Huevo poché con trigo y choclo.
Anticucho de ternera carretilla.
Seco de atún soasado con algas.
Prensado de costilla ibérica con huacatay.
Bavaroise de maíz morado y sopa de maracuyá.

Muy bien, muy bien. ¡Viva el Perú!

Como decíamos, buena cocina, cuidadas y modernas presentaciones, con alguna concesión mediterránea pero sin perder el norte (o el sur en este caso, jeje).

La causa limeña, tremenda, de patata morada, es como “la ensaladilla rusa peruana”, me entusiasma; el ceviche, picante, cítrico y rabiando frescura, como tiene que ser, de corvina en este caso, aquí seguí el consejo que me dio Richi Goachet de tomarse el caldillo que queda, beberlo o a cucharadas, yo le bebí… ¡uahhh!; los langostinos, tempurizados, discretos; el huevo poché, pinchazo, le faltó punch; el anticucho buenísimo, “el pincho moruno peruano” pero de corazón de res; el seco de atún ("seco" es el nombre de la cama, una crema a base de guisantes, el atún era plancheado) muy logrado el punto de cocción de una buena pieza; el prensado de costilla me recordó a un kebap por el concepto, pero qué sápido y jugoso estaba; el postre bien elegido ese bavaroise de maíz, contenidamente dulce.

El tema vinos puedo aportar poco en esta valoración porque como he dicho iba solo y preferí tomar un par de copas de blanco y de tinto. No vi la carta.

El blanco fue un Capellanas 2014 y el tinto, un vino de la casa que les embotellan según dijeron en Pago de Tarsus. Correctas copas.

No sé qué rotación tendrá la composición de este menú largo, imagino que no mucha porque incorpora todo lo más conocido de la gastronomía peruana, pero volveré de vez en cuando, me ha gustado mucho. Y si no está la causa, la pediré aparte de nuevo.

P.D.: ¡ah! Y me tomé un "pisco sour" pa rematar que estaba de muerte. ¡Viva el Día de San Aurelio!

Buscabamos un restaurante de cocina peruana en Valencia, y, por medio de Yelp, encontramos este. Donde hace meses se encontraba Kaymus centro, ahora está Simalú......un local que mantiene la decoración del anterior, pero que cambia su carta por una comida divertida, fresca y seria, todo a la vez....
Tomamos un riquísimo ceviche, seguido de una causa limeña y unos anticuchos ( unos pinchos de ternera marinados con algún producto de su terreno)......todo estupendo.
Seguimos con un par de platos para compartir, un turron de cochinillo con jugo buenísimo, y un gallo de corral con un guiso que ellos llaman "seco".....una salsa con una base de jugo de carne y cilantro......sabores diferentes y muy agradables.
Una bodega con referencias destacables, nos decantamos por algo de la tierra, un finca Terrerazo.
Cristaleria a la altura del restaurante.....Otro dia os comentare los postres, carta un tanto corta, pero simpatica. Nos invitaron a unas copas de cava, y a un Vino de Hielo......servicio estupendo....volveremos, porque nos hemos dejado parte de la carta por probar

Estuve el fin de semana pasado probando la fabulosa cocina Peruana en SIMALU ,me sorprendio los sabores diferentes de esta cocina particular a buen precio y calidad superior ,sin duda repetire .un buen restaurante por la zona canovas.

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