No falla, para mi, el mejor restaurante de Valencia. La cena en estas fechas es mi no-regalo de navidulis a mis herman@s/cunyadas, y se ha convertido en uno de los atractivos de las fiestas. Comida deliciosa (a destacar el tartar de atun, el huevo a baja temperatura con trufa, el salmonete, el cordero ... caramba, todo!) servicio muy atento y amigable al mismo tiempo (mi vaso de agua desaparecia mas rapido de la cuenta, pero es que yo exagero en ese tema), el ritmo y adecuacion del servicio de los diferentes platos impecable, simplemente perfecto ... y me dejo lo mejor para el final: imposible esperar una atencion al vino mejor que esta: servicio y atencion del vino espectaculares: cada botella se trata con mimo y distincion sobre lo que se debe hacer (decantar, temperatura, etc.) mucho mas alla del envinado de copas y de coperio perfecto. Simplemente espectacular. Tomamos muchos vinos, pero debido a la falta de espacio solo destacare el Clos Martinet 1995 ... maravilloso. Ah! y con lo glotones que somos en esta familia, acabamos todos realmente saciados (tomamos el menu). Impresionante. Para regalar ...

Da gusto comprobar como un negocio que ha conseguido todo lo que sucesivamente se ha propuesto, no baja en absoluto la guardia, sigue peleando, apostando y mejorando, mejorando propuesta, servicio, atención y calidad!
Este es uno de esos restaurantes, que siendo caro, como es, que lo es y mucho, nunca sales descontento, ni decepcionado, por que todo lo que cobra, lo argumenta y lo respalda en una calidad magnifica!
Genial y encantadora una vez mas Manoli, grandísima profesional que tampoco se da por satisfecha con todo lo que ha conseguido y esta consiguiendo! Todo un ejemplo!
Enhorabuena a todo el equipo de La Sucursal
Magnifica cena de aniversario, Gracias!
Por cierto Mención especial para el Vino, un magnifico Riesling Aleman Dönnhoff
Y para el estupendo short Churchill

Despues de 6 dias de intenso trabjo en la feria de Gandia, hoy nos hemos decidido por acercarnos a "Firarnos" una comida en la Sucursal.

Desde el primer momento hasta el final, la comida ha sido un lujo, excelente materia prima ... La ostra a la plncha, el salmonete de roca, la papada de Iberico con calamar de playa... El lomo de ciervo tiernisimo y saborsisimo.. en fin todo ha estado a un nivel muy muy alto.

Por otra parte el servicio atento, pero sin agobios. un 10

El servicio del vino con copas scotch, envinado de copas y servicio del mismo perfecto.

El vino tambien ha acompañado de todas todas, un Flor de Pingus 2004 extraordinario.

El local no es especialmente bonito, pero las mesas están separdas con mucha amplitud, los ruidos se abosorben todos, lo que permite una gran intimidad en cada mesa.

Al final con 2 martinis, el vino (110 Euros) y 2 cafés, 300 Euros.

RCP ligeramente elevada, Pero hay que repetir sin dudarlo.

¿Qué le ha pasado a este restaurante?
Hacía como un año que no venía y..¡qué decepción!
El menú degustación no me dijo nada esta vez (excepto la ostra a la plancha), el servicio lento, malo y sieso, y encima Manuela, la sumiller ya no está, al parecer ahora suele estar en Vertical.
Pedimos un Zinfandel y luego un Luddite 2002. A la media hora nos dicen que el Luddite sí, pero que el vino californiano se había agotado y que habían llamado por teléfono a Manuela para ver por cual podían sustituirlo y que había dicho que por un Henry´s seven australiano. De acuerdo, el vino estaba de miedo pero...nos lo sacaron cuando ya ibamos por el segundo plato del menú ¿¿¿?????
RCP: 490 € / 4 pax, que con lo que hoy dan, no lo valen ni de cerca (antes sí).

Como aficionado de la gastronomia,tenía una cita pendiente con este restaurante de tanto renombre en la capital del Túria. Una vez subidas las escaleras y entrando el la sala, nos encontramos con un espacio (erámos dos) que nos predisponia para el disfrute de la buena mesa. Quizá algo frío.Y estos suelos de tarima en el que resonaban los zapatos de los camareros. Optamos por un menú degustación para dejarnos llevar por la filosofia del lugar. Hablando de la cocina, no vimos claro que mensaje nos querian transmitir. Platos buenos pero sin alma. Puntos de cocción ajustados, materia-prima buena, poca técnica....tiempos entre plato y plato un poco largos. Pero bueno...cenamos bien.
En el servicio de sala, fueron atentos, aunque Manuela, la brillante sumiller del restaurante, sólo se acerco a nosotros una vez durante toda la cena. Increíble cristaleria, envinado de copas , Louis R. para empezar y Maduresa durante los platos fuertes. Una cata de diferentes grappas con los cafés. Merece la estrellla.

Sin duda ha sido un lugar para visitar,hasta que comenzaron los desajustes.
El local es fantastico,y el servicio del vino expectacular ,pero yo a un restaurante voy a comer y si me gusta repito,y si repito y lo que como no esta a la altura que la vez anterior,pienso que es un mal dia,pero si ese mal dia se repite y pago mas de 100 euros por cabeza,entonces me tocan las narices.Creo que deberian centrarse un poco mas en la cocina y dejarse de tanta floritura,porque es una pena.

La sala magnífica con gran separación de las mesas , servicio muy correcto sin ser pesados y con clase, mucha profesionalidad. El jefe de sala un maestro de saber estar frente a un público diverso. La carta de vinos de excelentes referencias , de todas las zonas , con las mejores valencianas tanto en blancos como en tintos así como los dulces.
El menú degustación, exquisito, de una cocción de todos los alimentos que raya la perfección. Precio razonable para saber lo que es, no es para todos los dias pero vale la pena conocer sin duda uno de los mejores restaurantes de la ciudad, del cuál nos podemos sentir orgullosos.

Con tanta lectura sobre este restaurante no podía resistirme a ir, siendo el único impedimento el precio que parecía tener, y tiene. Superó con crece las expectativas, aunque la RCP es demasiado alta.
Probamos el menú degustación, al que añadimos el taco de foie (no era para tanto), y el propio restaurante añadió alguna sorpresa (un prepostre elaborado con piña, unos entrantes de pan a la catalana al estilo sucursal, ...). La ostra espléndida, y los pescados impresionantes (hasta cuatro distintos en el menú degustación), dejándonos un poco menos sorprendidos en la carne (cierva).
La carta de vinos muy bien seleccionada y con todo tipo de referencias (tanto en lugares, como en tipos como en precio), animándonos por un priorato blanco para empezar y acabamos con un tinto de Montsant(decantado desde el principio de la cena pero conservado en la bodega); además del dulce tokaji.
El servicio muy atento, sin ser pesado ni lejano, y el local muy acogedor (aunque estábamos en zona de fumadores por solicitud de uno de los comensales, no se notaba). En total fueron 467€ entre los cuatro. Para volver cuando haya algún tipo de incentivo económico.

Buen restaurante, pero no es para tanto.
La comida no sorprende y no está justificado su precio.
Los vinos y el servicio perfecto.

Pues sinceramente no es para tanto. La carta de aguas es la mejor que he visto, pero los precios desorbitados. Pedí un agua japonesa llamada Finé por 8 euros, cuando en una tienda de Salamanca la venden a 2 euros. El sitio ruidoso, con gente de negocios principalmente y que seguramente no saben apreciar la comida que allí se sirve. Buen servicio, aunque una señora, entrada en años, altiva y distante. En fin, como empecé, no es para tanto habiendo en Valencia mejores opciones.