Local situado justo al inicio de la gran zona comercial de Barakaldo denominada “Megapark”, por muchos de sobra conocida ya que habrán pasado sus mejores tardes de viernes o sábado rodeados de tranquilidad y sosiego en comercios tipo Ikea, Mediamark o Leroy Merlyn. Pues más o menos frente a éste último, bajo un bloque de viviendas se ubica esta cafetería-restaurante y su vistosa terraza cubierta.

Su actividad gastronómica abarca todas las franjas horarias; comienza el día con desayunos, continúa durante toda la mañana despachando pinchos, llegado el mediodía ofrece comidas, por las tardes sigue con más pinchos, cafés y copas, y da por finalizado el día bien entrada la noche después de ofrecer cenas. Local regentado por “gallegos”, currelas como ellos solos que echan más horas que la propia cafetera.
Había estado en varias ocasiones comiendo de pinchos y disfrutando de su estupenda terraza cubierta orientada al sur. En esta ocasión, aprovechando una celebración familiar, allí nos presentamos un sábado a comer.
Local con decoración moderna, comedor no muy amplio, separado físicamente de la barra de la cafetería por una mampara. Pese a ello, consigue transmitir sensación de intimidad una vez estás sentado en la mesa.
Mesas de madera, manteles y servilletas de papel (de calidad). Cubiertos, vajilla y cristalería aceptables.
Carta no muy extensa, basada principalmente en ensaladas, embutidos y carnes. Tiene además un apartado de “Sartenadas” que luego describiré. De pescado sólo merluza en carta, aunque suelen tener pescado fresco salvaje fuera de ella y que nosotros elegimos.

La celebración consistió en lo siguiente; 9 comensales (7 adultos + 2 peques):

**Para compartir, pedimos al centro 2 ensaladas:

1-ENSALADA TEMPLADA DE GULAS: lechuga como base a la que le acompaña tomate, langostinos con salsa rosa, gulas salteadas con ajo y palitos de cangrejo. (VER FOTO)

2-ENSALADA TIERRA Y MAR: lechuga como base, tomate, langostinos, atún, espárragos y jamón. (VER FOTO)

Ambas ensaladas tamaño Big-big, muy grandes de verdad. Me gustó mucho el hecho de que la lechuga era “lechuga”, en vez de la clásica “mezclum” que por su comodidad se está extendiendo por todos los restaurantes. Hay que decir que las dos ensaladas pese a su sencillez, estaban bien buenas.

Posteriormente, elegimos cada uno de los comensales un plato principal. La mayoría eligieron las SARTENADAS que tienen en carta. Hay de muchos tipos y no recuerdo exactamente cada una de ellas, pero todas tienen la misma base: patatas fritas y un par de huevos fritos, a los que se les añade diferentes ingredientes en función de la “sartenada” que se elija: con picadillo, con gulas, con setas y gambas, etc.
Debido a mi poco apetito, me vi obligado a probar de todas las sartencillas que iban sobrando, así que puedo hablar con criterio de cada una de ellas. El resultado es muy rico, eso sí, también muy contundente. Salvo que uno sea un entusiasta de este tipo de preparaciones y no le importe la pesadez de estómago posterior, yo prefiero carne o pescado de la carta.

El plato elegido por mí (a compartir con mi compañera) a pesar de haber disfrutado de las diferentes sartencillas fue una lubina “salvaje” que ofrecieron fuera de carta. Buena pieza, abierta por la mitad, con sofrito de ajos, acompañada de patata panadera y almejas. La verdad que no la pedí muy convencido pensando que el pescado no iba a estar a la altura pero he de decir que me sorprendió muy gratamente. Pieza de buen tamaño, servida en su punto y de la cual disfrutamos. (36 € Iva incluido)

POSTRES:
En el apartado de postres no hay gran cosa. Tienen carta de postres tipo “industriales” que yo personalmente no muevo un dedo por ninguno de ellos. Opté por un VALENCIAO (6 € Iva incluido). Me colocaron la botella de Grand Manier sobre la mesa para que me echara el licor a mi gusto. Supe controlarme y conseguí echar la cantidad precisa para dejarlo delicioso.

Cafés varios; yo tomé un “solo” que estaba rico sin más.

VINO: Carta cortita, tienen principalmente Riojas y Riberas y algún vino blanco. Los tienen almacenados en varias cavas refrigeradas a su temperatura óptima. En esta ocasión no elegí yo y decidieron tomar Rioja, RAMÓN BILBAO, Crianza 2011 (12,50 € Iva incluido). Presentación de botella, descorche, primer servicio (no hubo prueba) en copas aceptables. Vino rico que cumplió.
Se bebió también agua, varias botellas de “Solán de Cabras”.

PAN barra tipo artesana, crujiente y bastante rica que llegó caliente a la mesa. Destacar que NO se cobró en cuenta.

Todo lo anterior costó 186 € (Iva incluido).

Servicio de mesa cercano, dispensado por un camarero muy agradable, que sin atender a protocolos hizo que en la comida familiar no faltara de nada en la mesa, que es de lo que se trata en estos casos.

Puede tratarse de una buena opción si se está pasando el día por la zona comercial y uno quiere evitar comer en todas esas franquicias que abundan en la zona. Imprescindible reservar, sobre todo los fines de semana que suele estar lleno. Vi pasar unas buenas piezas de carne que se dirigían hacia las mesas que me rodeaban y creo que el probarlas puede ser un buen motivo para volver.