Cocina de Mercado… Central

El plan estaba claro… cine y cena, que dicho rápido suena mejor. Además la climatología acompañaba, así que tras un paseíto por el centro de la city llegamos a este restaurante donde habíamos reservado aprovechando una promoción con descuento del 50% en los platos de la carta.

Sobre el aspecto del local el compañero kopicki ya lo ha descrito convenientemente. Mesas amplias y con buena separación vestidas con un curioso mantel de escay a modo de funda. Decoración muy personal, genuina y bastante ecléctica con obras en las que el sello del propietario del local está muy presente. Finalmente se llenó.

Dos cañitas para acompañar el vistazo a la carta y los consejos de Boro a la hora de confeccionar la comanda. Como casi siempre, todo al centro:

Saquitos de Pato, Cebolla Caramelizada y Manzana. Riquísimo y equilibrado relleno de fondo dulzón con ingredientes que de forma clásica se complementan de categoría. De consistencia algo dura quedó la masa que hacía de sostén. Juego.

Carpaccio de Buey. Tan simple como gustoso. El rico AOVE utilizado para el aderezo contribuía en gran medida. Gentil.

Bacalao al Vapor con Verduritas y Jengibre. Servido en la misma “vaporera” de bambú de su elaboración. Buen taco de lomo cuyas lascas traducían su calidad, gracias a la cual salió airoso el plato, puesto que una especie de amarga col que componía la parte verdulera llegó a poner en compromiso al conjunto. Imprudencia.

Entrecot de Potro con Patatita al Vapor. De buen tamaño se presentaba esta sabrosa y tierna carne que quedó en la escala G-M entre al punto menos y poco hecha ;-) Un nuevo paso por el fuego de los últimos trozos que se habían enfriado la dejó al punto. Cabalgando.

No llegamos al postre en esta ocasión.

Vino para beber, El Perro Verde 2013 D.O. Rueda (18 €) que no me terminó de convencer. Hubo que solicitar cubitera para mantenerlo a buena temperatura. Copas correctas sin más.

El pan presentado rebanado, tierno y gustoso. Cayeron dos cestillos.

El servicio a cargo de una joven camarera es digno de admirar pues se manejaba prácticamente sola toda la sala a una velocidad de vértigo sin un mal gesto ni un mínimo olvido.

Boro se pasaba periódicamente para ver qué tal íbamos. Resulta un tipo agradable con su parsimonioso hablar y aire bohemio.

En resumen, local donde se pueden comer platos apetecibles basados en un buen producto del cercano Mercado Central de Valencia con sencillo y efectivo manejo.

Nota: el precio reflejado es con el descuento comentado y la RCP valorada en función de mismo.