El Romanee-Conti de los tequilas

Uno no debería acercase a DRC sin antes completar un duro peregrinaje. Para llegar al Seleccion Suprema, uno debiera primero purificar su alma en llamas y atormentar el espiritu renunciando a los mayores placeres del mundo. Todo con el fin de alcanzar, de merecer, este tequila sublime.
Catado en copa de champán, que favorece muchísimo la expresión aromática de los tequilas. Es una vorágine de frutos secos tostados, vainilla, canela, flor de azahar, gardenias, mantequilla, bourbon, y con una exquisita presencia del agave cocido, que se funde con fantásticas notas de cítricos en el final de nariz. La potencia y definición de este tequila es de ensoñación. En boca se desliza con gran elegancia, el alcohol perfectamente integrado, y va dejando sensaciones de maderas aromáticas, fruta amarilla, vainilla tostada, y en el retronasal estallan de nuevo esos cítricos que parecen de perfumista.
Por este Selección hay que pagar lo mismo que por un Cirsión. Y hay que compartirlo con los mejores amigos, no por su precio sino por su belleza.