Tranvía a la Malvarrosa

El antiguo balneario data de fines del siglo XIX, entonces los pabellones llegaban hasta la arena, "Las Arenas" del mar. Aunque se conserva escaso vestigio de aquel tiempo, la reconstrucción del complejo en 2002 fue tan respetuosa que da la sensación de que ciertos elementos como los columnarios a modo de templo griego o la piscina con su inconfundible trampolín, proyectada en los años treinta por Luis Gutiérrez Soto son los originales. Incluso el imponente y moderno edificio principal no desentona con el resto del conjunto.

Un gran hall de piedra, mármoles, grandes ventanales y espacios diáfanos con una disposición abierta al mar nos da la bienvenida, la decoración floral y las sensaciones de amplitud y luminosidad reinan en todo el ambiente.

La habitación contratada fue una de las del último piso, de las que tienen terraza. Limpia, moderna y confortable, pero sin grandes lujos. Cama "queen size", TV de plasma y baño completo, con bañera, ducha de hidromasaje y suficiente presión en los grifos. Amenities de Hermés.

El porche ocupa la totalidad de la zona posterior, la que da a la playa y ofrece cierto cobijo en días ventosos. Su plataforma se eleva sobre el terreno, por lo que las vistas al horizonte desde cualquiera de sus puntos están garantizadas.

El Spa, como no podía ser de otra forma, es uno de los puntos fuertes del establecimiento; piscinas interiores y exteriores con diferentes temperaturas, sauna, jacuzzi o baño turco.

Mención especial merece el jardín, formado por fuentes, setos, parterres y unos centenarios y gigantescos ficus y tamarindos. Al fondo, una puerta con contraseña nos lleva directos al paseo marítimo

Nuestra tarifa incluía un masaje (correcto sin más) y un desayuno de muy alto nivel: bollería de todo tipo recién horneada, churros, chocolates, cafés, fruta, zumos, huevos, una excelente horchata, embutidos, tablas de quesos... de calidad y que se reponían sin parar. Mucho más insulso el servicio de habitaciones y cafetería; rigidez de horarios, imposibilidad de poder comer en cualquier mesa del hall y parca selección de producto. Aburrimiento a partir del segundo día.

Personal amable, solícito y muy cualificado. Desde la señora de la limpieza hasta el botones encargado de llamar a un taxi y reservar mesa en un restaurante.

En definitiva, un buen hotel, creo que el mejor a día de hoy en Valencia. Magnífico estado de conservación, comodidad, estética, funcionalidad y excelente ubicación. Ideal para un viaje con niños.

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    Abreunvinito

    Me llama la atencion la baja puntuación de la habitación
    ¿Puedes ampliar motivos? Gracias
    Saludos

  2. #2

    Gondorff

    en respuesta a Abreunvinito
    Ver mensaje de Abreunvinito

    Limpia, moderna y luminosa pero sin grandes lujos. Quizá le faltara algo más de cariño en la decoración y unos pocos metros adicionales de espacio. Lo mejor, el cuarto de baño y la terraza.

    Un saludo,

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