Venido a menos

Hotel situado en el marco de la bodega del mismo nombre. Decoración moderna, minimalista. Dispone de unas 10 habitaciones en el primer piso y otras tantas en el segundo. Más bonitas las superiores, donde se encuentra una estupenda suite. Las habitaciones superiores tienen la cama en el centro de la habitación, resultando una distribución muy interesante. Baños y ducha de cristal blanco. Siento decirlo, pero la limpieza de la habitación distaba mucho de ser la deseable. Hilo musical, televisión de lcd, persianas eléctricas. Buenas instalaciones comunes (salón de televisión, disponibilidad de Internet, billar, etc.).Desayuno incluido en el precio, muy flojo, tanto por la variedad de los alimentos como por la calidad de los mismos. Zumos de brick, café en termo, bollería deficiente, servicio pésimo, mesas abandonadas, en algunos momentos solos en sala, y lo más triste abundancia de insectos voladores en el salón. Una verdadera pena. La primera vez que fuí volví con muchas ganas de repetir. En esta ocasión, se me han ido las ganas de volver.