Herodes, la Hostelería y Los Santos Inocentes

Creo que con la excepción (muy loable) de los perros-guía para ciegos.
Y si no fuera el caso, apoyaría encarecidamente la moción.....

Saludos

Bienvenida sea tu sensata aportación.
saludos.
Javier

Hola Kalza, ya nos vamos a tutear :-))), pues la conversación es intensa e interesante, y creo que es el debate más largo en el que me he dejado participar en Verema, así que vamos allá.

Bueno, nos hemos malinterpretado parece. A ver, un "capricho" según la RAE es una "determinación que se toma arbitrariamente inspirada por un antojo", dices que no vas por capricho, pero si no vas por trabajo, vas por gusto, por placer, por antojo, porque te apetece, porque quieres,... en definitiva, por capricho. Ninguna otra situación te obliga.

Y parafrasear no es más que repetir tu comentario, sin cinismo ni sarcasmo, simplemente repetirlo. Por lo tanto no te molestes, que no lo pretendía.

Buscabas una explicación lógica y te la di en la primera respuesta. Los niños son incontrolables, hablamos de bebés, y mientras haya gente a la que le moleste que fumemos, los fumadores no tendremos más remedio que salir a la calle a fumar (yo ya no fumo en la mesa ni en los restaurantes que se puede, si a alguien de la mesa le molesta) pero hay gente que se indigna, y dice que se va del restaurante si no puede fumar. A mí se me han levantado dos clientes, sentados en la mesa, con las cartas abiertas y el aperitivo puesto, porque no se podía fumar. Y me han dejado la mesa colgada y encima claro, no les vas a cobrar el aperitivo. Y yo soy fumador, y no me duele respetar a los demás. No sé si es válida la analogía, salvando las distancias evidentemente.

Tu chico es un dulce. ¿Pero podrías meter a todos los chicos en ese saco? Pues no, lamentablemente no. Ojalá. Entonces es normal que en determinados restaurantes se induzca una tranquilidad que unos bebés no pueden garantizar. Lo siento pero es así, no la pueden garantizar. Y que yo cuando voy me molestan muy poco, porque estoy tan concentrado en disfrutar de la compañía de mi mesa que no se ni quien respira alrededor, pero entiendo que a otra gente le moleste. Y lo respeto, sin más. Y aunque no tengo niños, cuando los tenga, hasta que no sean responsables de su meada no los pienso llevar a según que restaurantes, lo siento. Y si tengo que privarme de ir a esos restaurantes para no desprenderme de ellos, pues lo haré. Seguiré teniendo mil opciones para disfrutar de ellos. Mi libertad acaba donde empieza la de los demás. Este mundo es muy grande y tenemos que habitar todos. Y si aún así no me convence, pues cuando haga la reserva me cuidaré de preguntar si tienen cambiador de bebés, y si no tienen, pues elijo otro, sin más. Siempre he preferido las soluciones a los problemas.

Entonces coincidimos y estamos de acuerdo.

Perfecto,Godoy.Tuteemonós, te agradezco tu participación y que te tomes la molestia de intervenir argumentando y exponiendo tu parecer como lo haces aunque...tu forma de hablar me hacía sospechar que tú(al igual que Gavelar,Eugenio y sorprendentemente al contrario que Andresnor)no tenías hijos,me confundió(pero poco)cuando vi que comentabas en 1ª persona el hecho de ser padre.
Te pido disculpas pues no tengo tiempo ahora de contestar tu post en la forma y manera que se merece pues salgo disparado y el pc de casa esta K.O.pero aún a riesgo de crear algo que pueda parecerse a un debate sociológico prometo hacerlo en breve.
Saludos.
Javier

Hola Javier, menudo hilo has abierto, como no podía ser menos tras mencionar a Herodes.

Este tema como alguno de nuestros compañeros han puntualizado, ya lo hemos tratado en otras ocasiones en el foro, y ha resultado, como en esta ocasión que tiene opiniones sobre todo divergentes.

Tras leer las respuestas voy a tratar de darte mi opinión en conjunto sobre el tema:

Primero te digo que me parece una barbaridad comparar niños con perros, salvo el tema que la reflejado Alternativa que nos hablan de los perros guía, que me parecen perfecto su presencia en su restaurante, pero como única excepción y encima en este caso se da la circunstancia de la educación de estos perros. Esto te lo comento yo que tengo dos perros en casa, no de compañía sino un pastor alemán y un bóxer y son perros de los que conviven con nosotros dentro de la casa, pero nunca se me ocurre hacer una comparación al respecto.

Javier 46, con su buen escribir y mesura siempre precisa valga la redundancia, nos ha comentado y estoy completamente de acuerdo que los niños son un reflejo de la educación de los padres.

Yo entiendo que una pareja que tiene un niño bien bebé o niño de 2-4 años, no debe en absoluto de estar condicionado a no asistir a ciertos restaurantes por el hecho de tener que llevar al niño, y en estos casos es cuando se nota la diferencia entre educación y el saber estar de unos padres u otros, ya que casos en los que se aprecia que los niños corretean entre las mesas, sobre todo si se juntan dos parejas y en que los padres se acuerdan en esos momentos de educar los niños y con lo cual la situación es aún peor.
Y hay parejas en las cuales se ve que los niños están perfectamente enseñados a comer sentados de forma ordenada y educada en una mesa y cuando un niño se sale de lo normal (son niños) uno de los padres se levanta, coge el niño, sale fuera la sala del restaurante y vuelve cuando el niño está tranquilo.

También se ha dicho que los niños no saben apreciar ciertos platos cuando tienen 10,-12 años. También en esto estoy en desacuerdo, yo tengo ejemplos de niños que empiezan apreciar ciertos platos a sus edades y si no se lo pregunten a Arancha de Envero sobre los hijos de ciertos comensales.

Nos comentabas en un principio la posibilidad de poner un lugar para cambiarse, y yo estos días atrás el puesto un hilo sobre antiguos baños y otros evolucionados y creo que con la crisis y ante la mínima inversión que supone poner eso para cambiar los niños en el baño de las señoras, cada día habrá que más número.

En cuanto al menú de niños, comprendo que puede que no sea rentable pero sí me parece bien y muchos lugares ponen mala cara y en otros están gustosos ante, la posibilidad de poder solicitar por ejemplo un escalope, una tortilla en ambas u otro tipo de platos que suelen comer los niños de 8 a 10 años por ejemplo, que son fáciles de hacer con una materia prima básica.

No me lío más.

Saludos cordiales,

Gabriel

Bien dicho.

NIÑOS SÍ!!!

Y lo exclamo como padre de dos niños que frecuenta restaurantes grastronómicos (con o sin estrella, eso no es significativo) y también como restaurador.

En mi restaurante los niños siempre son bienvenidos. Es más, mi mujer, que es quien cuida de la sala, tiene un don especial y hace todo lo posible para que se sientan a gusto. Sí es cierto que en alguna ocasión ha habido que llamar la atención a los padres, pero éstas son las menos.

No me gustan los menús infantiles tan en auge últimamente. Cuesta realmente poco adaptar platos de la carta a los gustos de los niños. Además a veces quedas absolutamente sorprendido de lo que puede comer un niño de 5 ó 6 años (bacalao, vieiras, arroz negro, reno...). Y si te piden algo fuera de carta que está a tu alcance, lo hacemos y punto.

¿Sabes que ni siquiera nos hemos planteado el hecho del cambiador? Quizás porque nosotros solíamos llevar un kit para tal fin siempre a cuestas, aunque vista tu reivindicación lo vamos a estudiar.

A modo de anécdota contaré que hace unos meses, me reservaron una mesa para cinco personas, y una vez formalizada la reserva me dijeron que eran dos adultos y tres niños.
Después de comer me comentaron que en más de una ocasión, y después de matizar lo de los tres niños, le habían pedido el teléfono por si acaso y al poco rato recibía la llamada del restaurante diciendo que sintiéndolo mucho, había habido un error al formalizar la reserva y no disponían de sitio para ellos.

¿Y los canguros? ¿Cuántas parejas con niños, por motivos profesionales se han mudado de ciudad donde no tienen ninguna persona de confianza para dejar los niños a su amparo?

Saludos.

Pau.