Este agosto he tenido la gran suerte de viajar un par de semanas por regiones

Este agosto he tenido la gran suerte de viajar un par de semanas por regiones vinícolas en Francia (fundamentalmente Jura y Alsacia), incluyendo visitas a algunas bodegas y muchas comidas en restaurantes gastronómicos. He visto varios patrones que me gustaría compartir con vosotros para ver si teneis las mismas impresiones:

1) Hay una extendida cultura de venta directa de vino desde bodega. Allí “visitar una bodega” consiste fundamentalmente en que te dan a probar todos los vinos de la gama que tienen a la venta (con alguna excepción, rara, si tienen muy pocas botellas de alguno), te facilitan (si la pides) una lista de precios y al acabar pasas tu pedido. Nada de enseñar todas las instalaciones, se va directamente a catar vino embotellado. Los precios son muy razonables y como mínimo suelen estar al precio de las tiendas en Francia. En España mi impresión es que el canal de venta directa desde bodega a particulares creo que no está tan desarrollado.

Lógicamente, esos vinos en España (si los encuentras) te pueden costar de un 50% a un 100% más. Resultado: maletero del coche a reventar de cajas de vino :-)

2) Los vinos Bio y Biodinámicos se destacan en guías (por ejemplo, la Revue du Vin de France indica las bodegas que están en Bio o en Biodinámica), cartas de vinos y hasta en los supermercados. Quizás haya estado más influido porque he estado en las dos zonas (Jura y Alsacia) donde esta tendencia parece más clara, con una condiciones climatológicas más fáciles para hacerlo que en zonas de mayor humedad como Burdeos. El auge de los Vinos Naturales también es muy clara.

3) En los restaurantes por el precio que se paga la cocina de restaurante gastronómico español ya supera con mucho a la francesa. Y te permite apreciar mejor la conocida racanería de la Guía Michelin con la selección de restaurantes españoles. Eso sí, en general siguen teniendo quizás un servicio de sala un poco más profesional.

4) Las copas empleadas por las bodegas para dar a catar sus vinos y muchos restaurantes (prácticamente todos los que he estado estaban seleccionados por la Guía Michelin) son bastante penosas. Como contraste, y hablando de visitas a bodegas, me acuerdo de las estupendas copas Zalto que te ponen en Niepoort (Douro). La gran excepción fue las increíbles copas de vino (suizas) descubiertas en el excelente Bistro des Saveurs en Obernai (norte de la ruta de los vinos de Alsacia). Asimétricas, no pesan nada. No sé si se pueden comprar en España...

5) Nadie saca fotos de los platos en los restaurantes. Nadie. Los raritos debemos ser nosotros :-)

Bueno, pues estas son algunas impresiones rápidas. Desde luego, animo a cualquier buen aficionado a viajar a las zonas productoras y visitar bodegas. Es como más se aprende. Además, no sé si os pasará a vosotros, pero cada vez más sólo me apetece beber vinos de aquellas bodegas que he conocido a los elaboradores y que he podido llegar a visitar. Ese tipo de vínculo emocional que quiere potenciar el enoturismo pero que hay que saber hacer bien (la masificación siempre es un peligro).

Salud!

Maletero lleno de cajas de vino

Vinos bio en supermercado francés

Fantásticas copas de vino suizas