Muchas gracias, Javi.
La cocina de Luiser es difícilmente superable. Nuestro Da Vinci es un genio, aunque él mismo no se valore como debería, por culpa de su extrema humildad.
La visita a su casa es imprescindible. No te digo más.
Y, por cierto, fué un placer poder saludaros personalmente a Mara y a tí. Un lujo gracias a vuestra amabilidad y cercanía.
Un abrazo a los dos.