Yo estuve comiendo la semana pasada al mediodía, también el menú ejecutivo de los 19 euros. Ya conocía el estilo de cocina de Rubén y de Guillermo, por lo que ya preveía de alguna manera su línea de trabajo.
Pero la verdad es que eché en falta una evolución en sus platos. Un paso más allá en sus elaboraciones, pues considero que potencial no les falta. Sus propuestas, sin dejar de ser correctas, creo que pecaban un poco de falta de atrevimiento, sin que ello pudiera suponer alejamiento a su estilo.
Tal vez fuera porque apenas llevaba dos semanas abierto, o porque en un primer momento quieren transmitir una línea reconocible para quienes ya hayamos disfrutado de sus platos; y en una segunda etapa, ofrecer al público una evolución. Lo ignoro, pero una segunda visita tras el verano disipará mis dudas.
Vaya por delante que les deseo que tengan el éxito que merecen y que conformen, junto a otros jóvenes y buenos cocineros emergentes, un entramado de calidad en la oferta gastronómica de la ciudad.