Ese Burklin-Wolf está muy rico, pero, como bien te ha dicho Obiwan Ferran, ojito, que la riesling es adictiva. Una vez que caes a sus pies te olvidas de verdejos y demás historias.
EL Andra Mari, ¡qué nivel! Es uno de los grandes, sin duda. Varias veces he estado a punto de ir, pero siempre acabábamos en el Aretxondo, que está bien cerquita y que ahora no es ni sombra de lo que fue.