Una cerveza de las que el envase ya anuncia que es una cerveza que quiere más.
Al servirla se forma una buena espuma blanca (un poco vainilla) con buena persistencia; bajo ella un bonito color tostado hacia caoba.
En nariz agradable tostado caramelizado de malta.
En boca no es muy intensa pero sí agradable, sensación ligera de dulzor pero que se supera por el agradable amargo final.

Esta es una cerveza que bebo asiduamente pues está siempre en las estanterías de mi supermercado de confianza. Sin llegar a ser una cerveza de abadía belga es un muy buen intento de acercamiento. La servimos a 10 C y en su copa ancha reglamentaria.

VISUAL: Bonito color ámbar oscuro con reflejos cobrizos. Su espuma es muy persistente, de color crema y burbuja imperceptible.

OLFATIVA: De intensidad media, exhala aromas a levadura y malta tostada muy evidentes. Aprecio notas de café y cítricos, a naranjas amargas en concreto. Al final asoman recuerdos de bollería, panecillos de mantequilla. Nariz muy sugerente pero quizás un poco falta de intensidad.

GUSTATIVA: En boca es en donde me deleita esta cerveza. Tiene un ligero toque amargo y a la vez cremoso que me encanta. De carbónico muy fino, tiene el grado alcohólico perfecto, sin excesos, pero con un paso por boca potente, opulento, con la malta tostada muy presente. En retrogusto se aprecian notas muy golosas de caramelo, vainilla y canela, así como un curioso toque de frutos secos, nueces especialmente. De persistencia de casi un minuto, en absoluto la noto falta de cuerpo, ni mucho menos, pero para gustos... Eso sí, no es una trapense belga por supuesto. Lo dicho, una de las mejores cervezas elaboradas en España a mi modesto parecer, muy digna y muy rica.

La RCP la considero excelente, pues cuesta 1 euro el botellín de 33 cc.

Esta vez me tomé la cerveza sola, para disfrutarla plenamente y vaya si lo hice. Salud !!

El color es dorado cobreado oscurito.
Los aromas son de mediana intensidad bastante frutales y dulces, hay cereales, hierbas y toques de levaduras.
En boca es bastante compleja, el paso de boca es un pelin cálido, dada su graduación, pero bastante agradable y con gusto a toffé y buena terminación.
Es un intento de recuperar la cerveza que le fabricaban los maestros cervezeros de Flandes a Carlos I en Yuste. Creo que se aleja bastante de aquella, pero por algo se empieza.
Cuesta sobre 1 - 1,30 €, por lo que la RCP es muy buena.

Color ambarino tomado con destellos caoba. Espuma que resiste bien, de color crema.

En nariz es intensa, con tostados, cereales, frutas blancas muy maduras, heno.

En la boca me ha decepcionado un poco, la visual y la nasal presagiaban mayor disfrute, algo más diferente. Le falta una punta de cuerpo, ambición, sabor. Está rica, pero no me dice mucho mñas. Fresca y fácil, quizás el marcado final amargoso impida mayor trago largo.

Cerveza de abadía a la española. De color rojizo y espuma no muy consistente con ligero tono ocre. Aroma fuerte, licor de plátano y flor marchita. Con sabor tostado dulce y a plátano maduro, dejando un postgusto suave a miel de flores.
Está buena, pero a mi juicio le falta algo más de volumen.

Cerveza extremeña de bonito color caramelo un poco anaranjado, con buena espuma de color tostado bastante porosa pero sin demasiada persistencia. A la vista tampoco muestra excesivo carbónico.

Su aroma me resulta fresco, con un marcado olor a cereal tostado, recuerdos de membrillo y manzana y un ligero toque de alcohol.

En boca resulta fresca, sin acidez, entre amarga y dulzona y con ligero sabor a alcohol. Me trae recuerdos a miel y cereal tostado, nuevamente. En mi opinión, agradable de beber, especialmente con una buena tabla de quesos.

Presentada en botella de tercio de cristal marrón, con etiqueta de estilo antiguo típica de las cervezas de abadía.

Color caoba, con buena espuma y buena persistencia. Aromas de malta tostada caramelizada. En boca es refrescante, consistente, afrutada con leve dulzor y bien de amargor.
Comparando con otras de esos orígenes monacales me parece menos compleja, pero que invita a repetir sin saturar tanto.

Caoba de color miel con espuma de consistencia media, buen carbónico
Notas de malta, sin mucha complejidad, le falta riqueza aromática
Tiene buena entrada con un amargor marcado..
Buena cerveza, pero creo que para emular a las cervezas de abadía le falta trabajo por hacer

La cerveza Legado de Yuste es una cerveza de Abadía de gran calidad, cerveza extremeña. De color bronce, con espuma tostada y un agradable aroma a caramelo. En boca se puede disfrutar de un carácter afrutado, cuerpo redondo, con un toque de dulzor, con un toque de suavidad para dar lugar a un final sorprendente de gusto seco.