...encontró una hamburguesería. Pura y dura, eso si, de alta calidad. Aquí las hambur ya están confeccionadas a diferencia de su máximo competidor, pero tampoco pasa nada en ir descubriéndolas. Ya he estado un par de veces movido por eso precisamente. Ahora ya toca distanciar las visitas.
No sé como será el local de la cl Sueca, pero este resulta algo frío y un tanto desangelado. El aire de almacén no se lo quita ni Diós, cosa que aún queda más evidente cuando el aforo es poco. El suelo de hormigón, las paredes de caravista, la altura del techo con los conductos al aire, la escasa decoración... todo contribuye a ello. Estará intencionado, pero también parece que la reforma de lo que pudiera haber antes haya sido justita.
Lo más destacable son las jaulas de forja que penden del techo y que sirven de lámparas, y el mobiliario, unas sillas y mesas que por el aspecto junto a lo alineadas que están, recuerdan a las de un colegio de la España dura.
Pero en fin, aquí se trata de comer tal y como es su comida, rápido, por lo que puede valer.
El haberme pedido el Combo como entrante la otra vez, es lo que me llevó a las Pakoras al estilo de Tariq. Ni idea de cómo las harán en ese restaurante de Godella, pero estas me gustaron, esponjosas y sabrosas, con multitud de especias. Podrías prescindir de la salsa de yogur y menta con la que te las sirven pese a que le va muy bien.
Con la hamburguesa lo que sí puedes elegir es el tipo de pan y si la carne la quieres de ternera o buey. La Piamonte la pedí con pan chapata y de buey al punto. Muy buena. Con su tomate seco, rúcula, queso italiano... Combinación lógicamente más fresca que la Gourmet, que aprovecho para decir que está cojonuda.
De beber una copa de Mestizaje tinto que me encontré servido ya, menuda racha llevo, al volver de unos aseos que vi poco esmerados.
Dí fin con un cortado.