Recomendable.
Tras pasar la mañana de visita en el mercado dominical de Laredo nos hemos acercado hasta este restaurante a comer.
Local mas bien de tipo chiringuito playero pero un poco mas elegante y mejor puesto, la entrada se hace a través del bar y tras consultar al camarero para sentarnos a una mesa, nos comunica que está todo reservado, pero que si queremos nos monta una mesa en la zona de barra, a lo que accedimos.
El tema del entorno se verá un poco perjudicado, ya que no es lo mismo el comedor con sus mesas bien vestidas, que la zona de barra, con manteles de papel, pantallón de tv y el ir y venir de personas.
Pero bueno a la comida que es lo que nos interesa, nos ofrecieron un menú por 15€ de lo mas apañado, luego al ver la carta para pedir el vino, vimos que había otros dos menús de 25 y 30€ mas uno degustación por encargo.
De primeros:
- Paella mixta, sabrosa, casera, con bien de tropiezos.
- Ensalada de aguacate y langostinos, pues tal como suena pero con mucha mayonesa.
De segundos:
- Bakalao al pil-pil con pisto, enorme lomo de bakalao, perfecto de punto de sal y de cocción, solo por este plato ya merece la pena volver.
- Presa ibérica a la plancha, tres buenos filetes, jugosos y tiernos, acompañados de patatas fritas y pimientos de Padrón.
De postres:
- Tarta de queso, no es de las mejores que he probado, pero estaba buena y era casera.
- Tarta de tiramisu, también casera y con un buen toque de licor de café, muy rica.
Para la cría, huevo con patatas fritas, lo comió casi todo y parte de lo de los padres, bien.
En cuanto al vino, tienen una escueta carta de vinos centrada básicamente en Riojas y Riberas y algún que otro blanco y espumoso, en esta ocasión optamos por un albariño Vionta 2011 a 16€ servido perfecto de tª y en copas aceptables, nos ofrecieron cubitera, pero no fue necesaria.
Terminamos con un par de "cortaos" bien puestos.
Creo que volveremos previa reserva y a probar algún menú mas largo.