Con motivo del aniversario de mi padre fuimos a probar un sitio nuevo y verdaderamente ha estado muy bien. El restaurant es pequeño pero decorado rustico y con buen gusto. La comida es tradicional y muy rica. Nos han encantado el bacalao y las manitas de cerdo. La carta de vinos de la tierra es pequeña pero correcta. Los precios estan bien.

Restaurante situado en Les Borges del Camp, a unos 20 km de Tarragona capital, de corte rústico, bien decorado, poca luz y un punto intimista. Pequeño el comedor, para unas 20 personas máximo aprox.
De primero pedimos un surtido de patés y un crepe de botifarra con setas, las dos cosas muy ricas. De segundo un estofado de jabalí, con una pinta de ternera que hasta un ciego lo vería, sin más historia, muy justito tanto en calidad como en elaboración, pero en la carta pone jabalí y no lo era. Y si lo era que es lo que me decía todo el rato el jefe cuando le hice la pregunta, era un jabalí cruzado con una vaca. (Me la pueden dar con muchas cosas de las que no entiendo, pero con la carne no) Y unos canelones cuya bechamel era pasta de harina. Sólo sabían a harina. Los cuatro canelones quedaron en el plato.
Como postre dos músicos a base a avellanas, almendras, pistachos y nueces junto al típico porroncito de moscatel. Bien.
Pero con el tema del vino llego el gran timo de la comida: a la hora de pedir el vino le pregunto si tienen carta y su respuesta directa y concisa: "tengo un Priorato muy bueno y muy barato". Le vuelvo a pedir la carta y erre que erre con el Priorato barato y bueno. Al final me la trae y veo un Mas Plantadeta interesante y justamente me dice el jefe que ese es el vino bueno y barato. Me traen el vino y lo primero que me chocó es que la botella ya venía abierta, lo segundo es que la etiqueta superior delantera estaba rota con las puntas recortadas y en la parte trasera no figuraba la etiqueta de la DOQ Priorat con el numero correspondiente. El vino "es" un crianza 2005 del priorato, Mas Plantadeta, con bouquet de vino joven de garrafón. Tras unos 5 minutos pido el cambio de la botella y me dice que si si que sin problema. Sin preguntar el motivo y sin interesarse por más y le vuelvo a pedir la carta de vinos y me vuelve a salir con que me trae otra botella de ese Priorato bueno y barato. Bien, pues me trae mismo vino, Mas Plantadeta, un 2004, pero me lo abre delante, con las etiquetas intactas y con la pertinente etiqueta de la DOQ Priorat y con el numero de serie de la botella.
En la carta tiene Mas Plantadeta Crianza a 17 euros y Crianza de la Casa que resulta ser "Mas Plantadeta" a 6,8.-€ según él. Acabando la comida, la evidencia se manifestó en forma de visión divina: Estaban rellenando algunas botellas en la barra de servicio del restaurante!!!
Pan de payés con tomate y ajo y unos trozos de fuet como aperitivo. Menaje, cristalería y cubertería correcta.
Los dos primeros platos bien, los dos segundos mal, los músicos bien y el vino un fraude.
La cuenta no llegó a 60 euros los dos, pero al cobrarme me dice: te he cobrado el vino como si fuera de la casa!!! ¡¡Coño!!, pero si me habías dicho que ese era el vino de la casa (me lo dijo con la botella que ya vino abierta que era "igual que la que abrió en mis narices cuando le pedí el cambio. Es decir, comportamiento muy sospechoso con el vino. En mi caso no pienso volver a asomar el hocico por allí y creo que este restaurantes en un buen lugar, está bien preparado, bien decorado pero haría falta mejorar esa cocina tradicional y no intentar endiñar vinos de garrafón como Prioratos de Crianza.