Decidimos acudir a este restaurante que tenía ganas de visitar desde hace bastante tiempo aprovechando de paso la promoción de verema y llevando nosotros el vino (no te cobran el descorche)
Optamos por el menú de noche a 25€ (solo de lunes a viernes).
El menú consistía en:
-Aperitivo de crema de alcachofa con crujiente.
-Ensalada de salmón marinado.
-Raviolis de carpaccio de ternera rellenos con una espuma de parmesano.
-Bacalao confitado con sanfaina y romescu.
-Tarta de queso y fresa con helado de limón y caramelo de violeta.
Muy buenos todos los platos, perfectamente ejecutados y presentados, con adecuados puntos de cocción y en el que cada ingrediente y cada técnica cumple su papel a la perfección. Por ponerle alguna pega, alguna preparación salió demasiado fria para mi gusto (el relleno de los raviolis y el romescu que acompañaba al bacalao, que creaba un contraste frio-caliente que a mi personalmente no me gusta)
Excelente servicio del vino, bebimos un Vapincia reserva que nos recomendaron no decantarlo, servido en unas copas Schott y llenandonos las copas constantemente. También nos dieron el vino a probar, pero trayéndolo de casa no tenía demasiado sentido.
Acabamos con unas infusiones muy bien preparadas
Servicio de sala dirigido por Javier, muy atento y amable toda la noche, con el que nos quedamos charrando un rato durante la cena, contándonos alguna anécdota como la confusión que tienen algunos proveedores con el restaurante Sargantana
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