En mi primera visita al Zen, pedimos fuera de menú, tal y como indican varios usuarios. Me agradó mucho el local, y aunque hay muchas mesas, la separación es suficiente entre ellas. También, el servicio correcto. La cena para dos fué rollitos de langostinos, tempura mixta, arroz estilo chino y pato laqueado (muy bueno), cervezas e infusiones, total 65€. La carta de vinos me pareción bastante buena, pero subida de precio.
Repetiré seguro.

Me alegra comprobar que todavia permance mi primer comentario de este ya mitico y genuino restaurante.Sin lugar a dudas estamos frente al mejor restaurante Asiatico de la ciudad, donde nadie sale defraudado jamas.El oficio de Silvia y su marido David (excepto cuando esta en su otro restaurante de la esquina)ambos chinos, esta por encima de cualquier otro restaurante de similares caracteristicas y con pretensiones de ganar la batalla.Comodo y minimalista,a la vez que espacioso, acertado en su carta, permanecen platos irrenunciables e introducen esmeradas sugerencias, invitan a volver por alli a menudo.Guiado de manera inteligente ha sabido pontificar la cocina tradicional china, dejando paso a los platos asiaticos occidentalizados.La carta de vinos es sujerente y para nada abusiva (lo siento Dani,no estoy de acuerdo)se esmeran mucho con el trato al vino, se recomienda, se usa decantador y la conocida Riedel, detalles generosos a los postres y un trato super afable.Excelente rcp en todos los sentidos.

Creo que esta vez fue la que cumplió la docena de veces que he acudido al Zen a pasar un rato agradable, disfrutar de un servicio atento y de una cocina de calidad. Y de nuevo todo correcto.
Para mi es un lugar sin grandes pompas, excelente RCP, servicio correcto y buena atmósfera.
Criticable, desde luego siempre hay cosas: estanqueidad de la carta, falta de la figura del sumiller y bodega algo elevada de precio son los puntos débiles de este restaurante. Pero que creo que sin duda son deslices salvables para los que nos gusta este tipo de cocina en esos días en los que te apetece un servicio cordial, correcto y discreto.

Seguiré repitiendo.

Local de trato atento, he ido unas tres veces, y no me ha defraudado, auqnue me posiciono en las opiniones acerca de que está un punto por debajo del mey-mey. La carta de vinos, especialmente en tintos, es amplia. la comida es de notable alto. Punto y aparte es la zona (Pío XII), bastante fea, y la decoración, parca. además, la estructura del restaurante, tipo nave industrial no ayuda demasiado, pero tiene la ventaja de ser un local amplio. muy buen pato laqueado, servido en tres fases y tempura de verduras. Me quedé con ganas de probar el rodaballo. RCP un poquito alta, ¿puede que hayan subido precios desde la anterior vez que fui?

Pese a no gustarme demasiado la cocina oriental acepté ir a una comida de negocios. Tengo que decir que el trato es formidable, el cuidado del servicio de 10 y además tienen una buena carta de vinos tintos. En blancos y espumosos ya es otro cantar.

De la cocina no opinaré porque como digo no me entusiasmaba ni me consiguió entusiasmar así que la nota la pondré en función de lo que en aquella mesa se opinó aquel día.

Hace tres o cuatro años que conocemos este restaurante de Valencia y siempre ha sido excelente tanto la comida como el trato, os dire que tambien tres noches viejas las hemos pasado en Zen chapeau una cena excelente y unos vinos adecuados a la cena.
Hemos probado otros restaurantes de Valencia en esta especialidad pero ninguno se le asemeja ni en trato, ni decoracion , presentacion platos .
En cuanto al vino nosotros siempre tomamos blanco ya que creemos que le va muy bien ,cualquiera de la denominación de origen Rueda.
Y para terminar tanto Silvia como David son muy agradables y familiares con nosotros .
En resumen nos encanta.gracias

He ido varias veces y coincido con los comentarios escuchados de que quizás el menú degustación no ofrezca la mejor imagen de la calidad de la cocina. Yo prefiero en este caso pedir a la carta. El local es cómodo, grande, muy bien decorado. La carta de vinos es amplia, teniendo en cuenta la selección habitual de los restaurantes de cocina oriental. Las copas están bien y el servicio es correcto. Es una buena opción para degustar cocina asiática.

A nosotros nos parece que este restaurante oriental es mas bien normalito. Quizás cometimos un error de pedir el menú degustación que nos pareció mediocre, con demasiados altibajos. En cambió tengo que decir que el servicio es notable, la manteleria, cuberteria y vajilla excelente y la cristaleria aceptable. Creo que mas adelante probaremos otra vez, pero será a la carta, ya que vimos algunos platos como el pato laqueado y el rodaballo que tenian una pinta fabulosa. La carta de vinos es sobreliente para este tipo de restaurante. Nosotros nos decidimos por un Castillo de Monjardín (Vino fermentado en barrica) que ofrece un maridaje excelente con la cocina orienta. Como bien he dicho volveremos, pero de momento nos parece inferior al Mey-Mey hasta que no se demuestre lo contrario.
Un saludo.

Poco más que añadir al resto de comentarios anteriores, con los que básicamente estoy de acuerdo sobre todo en la dificultad de maridar este tipo de cocina en la que nuestra elección fue un cava (Juve Camps Reserva de la Familia/21 €) y no fué demasiado satisfactoria; tal vez la opción del chardonay fermentado en barrica apuntada anteriormente sea más conveniente.
Por lo demás tomamos el menú degustación y para "tragoncetes como yo" es más que suficiente. Un sitio para cenar bién sin que el bolsillo se resienta, recomendable.

Cocina asiática de calidad con bodega interesante. Tras pedir a la carta creo que el menú gastronómico anteriormente probado no es la mejor opción. Tal vez el pato sea de las mejores opciones. Esta vez dejamos de lado el Agustí Torelló Mata y nos decantamos por el Castillo de Monjardín 2001 (Chardonnay fermentado en barrica) de menor coste e incríble maridaje para este tipo de cocina.
Vajilla adecuada y cristalería correcta. El clima que se consigue en este local es especial, muy sugerente y tranquilo, aunque las dimensiones del mismo son algo excesivas. Por suerte nunca hemos ido fin de semana.
De esos que no te cansas de repetir.