Un clásico inmutable

Muchos años habían transcurrido desde nuestra ultima visita a la bonita población de Sitges, treinta mas o menos, y por fin se nos presentó la oportunidad de redescubrirla en el penúltimo fin de semana de septiembre de 2018.

Tras instalarnos en el hotel donde nos alojemos, y haber  hecho una hermosa caminata de unos 10 Km (i/v) entre nuestro hotel y el Cap de Grills, que nos abrió el apetito, teníamos cita con nuestros amigos Jaume, un gran conocedor de Sitges, cuyo nick en Verema, "Socdesitges", ya habla por si solo, y Conxita. Tras haber dado un paseo por el centro histórico de Sitges y tomado unos aperitivos, nos dirigimos al restaurante La Nansa donde habia efectuado una reserva, aconsejado por Jaume, para el jueves 20 de septiembre a las 21h.

El restaurante, está decorado en estilo marinero, con nansas, redes, utensilios de pesca.... y es uno de los mas antiguos de la blanca subur, con mas de 50 años de historia a sus espaldas. Tiene un plato Michelin y forma parte de Slow Food Km 0.

Su cocina, tradicional, se basa principalmente en el recetario del patrimonio gastronomico sitgetano y está elaborada con productos frescos de proximidad. Las mesas están bien vestidas, no muy bien separadas las unas de las otras, pero espacio obliga, con manteles de tela,  buena vajilla y cubertería. El servicio de sala fue bueno. El servicio del vino, se ciñó, si no recuerdo mal únicamente al descorche de la botella, y primer servicio. No recuerdo muy bien la carta de vinos, pues fue Jaume, como buen conocedor del terruño, quien tuvo la difícil tarea de escoger el vino que iba a acompañar la cena. En cuanto a las copas pienso que deberían hacer un esfuerzo ...

Nos situaron en una mesa grande, redonda, justo a la entrada del restaurante. Hubiese sido una ubicación ideal, si no hubiésemos tenido a escasos metros una mesa larguísima con mas de una docena de comensales haciendo un ruido ensordecedor que nos obligaba a alzar la voz para poder conversar. Según nos contó Jaume, disponen de salas privadas por lo que pienso que podían haber albergado al grupo en una de ellas. Por este motivo en la puntuación del entorno le daré únicamente una nota de 5. El restaurante estaba lleno y algunas mesas  hicieron dos turnos durante nuestra estancia.

Proponen diversos menús y la carta. Jaume y Conxita que ya habian estado varias veces en el restaurante nos comentaron que cada vez que han ido a comer se han encontrado prácticamente con casi los mismos platos , de ahí el titulo de mi crónica.

Optamos por cenar a la carta,

Como entrantes tomamos,

Amanida Tebia de llagostins amb ceba caramelitzada Ensalada templada de langostinos con cebolla caramelizada. Por los comentarios pienso que a Conxita le gustó.

Fritura de seitons Fritura de anchoas, buena pinta, aparentemente nada aceitosas, pienso que a Jaume le gustaron, pues ya conocía la elaboración y repitió.

Carpaccio de gambes Carpaccio de gambas. Bien elaborado y sabroso. A MC le gustó.

Fritada de calamars Fritura de calamares, bien fritos, nada aceitosos y finamente enharinados. Buenos

De segundos, elegimos :

Calamars amb ceba confitada, Malvasia de Sitges i arròs blanc Calamares con cebolla confitada, Malvasia de Sitges y arroz blanco, plato tradicional de la cocina popular sitgetana, que tanto a Conxita como a MC, que eligieron ambas este plato, les gustó. Yo también lo encontré muy gustoso, pues compartí plato con MC.

Romesco d'escrita amb monxetes del ganxet Romescu de raya con judias del ganxet,  plato tradicional de la cocina de pescadores en la barca. Este plato lo pedimos Jaume y yo. A mi me gusto mucho, para mi fue el preferido de la cena. Bien guisado y muy sápido, potente, creo que a Jaume también le gusto y MC que compartió plato conmigo es de mi parecer.

Las fotos de los postres por imperativos técnicos de Verema, (solo pueden cargarse 6) , aparecerán en el primer comentario;

Como postres tomamos :

Café Irlandés (3). Muy bueno,  muy bien elaborado, hacia tiempo que no había tomado uno igual.

Sorbet de llimona. Sorbete de limon. MC lo encontró bueno.

Para beber tomamos una botella de vino blanco del "terroir" Blanc Subur 2017 DO Penedès . Celler del Hospital Sant Joan Baptista, Cepaje 100% Malvasia de Sitges. Vino joven, seco, con fermentación lenta del mosto a baja temperatura durante 25 días en depósitos de acero inoxidable. Color dorado, muy fresco, con volumen, elegante y persistente en boca. Nos gustó.

No tomamos cafés, pero si que finalizamos con una buena degustación de Malvasia dulce de Sitges.

La cuenta ascendió a 47,25 €/persona. Buena RCP. Cocina tradicional bien elaborada, y aunque la carta no varíe mucho, como hay bastantes platos a elegir, y no voy a ir a visitarlo frecuentemente, me permitiría hacerlo nuevamente sin problemas. No seria evidentemente lo mismo si viviese in situ, como es el caso de nuestros amigos.