Satisfaction

Visita a este “neo bistrot” en un día víspera de vacaciones . Se notas algunos tintes afrancesados en el ambiente. Decoración desenfadada, juvenil , moderna, quizá un tanto penalizada por el excesivo aprovechamiento del espacio disponible. Situación ésta, que provoca un exceso de mesas y que a su vez sean muy justas de tamaño. En días de alta ocupación puede llegar a ser agobiante. Dispone de un espacio en la calle que hace de servicio de terraza y a su vez supone un desahogo del comedor propiamente dicho.

Nosotros decidimos sentarnos fuera . La carta propiamente dicha se compone de una serie de platos un tanto eclécticos que abarcan desde ostras y mejillones hasta productos derivados del pato, carnes , hamburguesas. .. A su vez te proporcionan una hoja con los platos y sugerencias del día (guisos , platos de cuchara, pescados, carnes más orientados a servir como menú del día y que deben de variar con frecuencia). Puedes confeccionarte una comanda basada en una combinación de ambas cartas.

Otro de los puntos destacables es que, aunque no vimos la carta de vinos , tienen una oferta bastante amplia de vinos por copas con criterio, bien servidos, a sus temperaturas adecuadas, con cristalería aceptable. A modo de exposición y con los precios marcados en muchas de las botellas, pudimos ver un gran número de referencias en blancos, tintos y algunas botellas de champagne. Referencias españolas y francesas.

Después de sacarnos un cuenquito con mantequilla (otro detalle francés) y tomar una cerveza y un vino blanco decidimos cual iba a ser nuestra comida:

A modo de entrantes para compartir pedimos:

Croquetas de la casa: Quizá lo más flojo de la comida, sin un sabor definido y con un interior un tanto engrudoso. Tampoco es que estuvieran horrorosas.
Tartar de atún: Generosa ración, con los trozos grandecitos y aliñado como nos gusta ; subidito de tono. Bastante bien.

Como platos principales pedimos:

Lubina : Bien de punto, una lubina de ración acompañada con unas habitas y unas verduras. Lo único criticable era el exceso de aceite existente en el plato.
Morcillo estofado con alcachofas: Buena ración de una carne melosa, con una buena y lenta cocción por detrás y acompañadas de una ricas patatas fritas caseras nada aceitosas. Las alcahofas muy tiernas y de calidad aunque fueran en conserva.

Como postre se pidió una torrija que no estaba mal aunque posiblemente le hubiera venido bien el estar un poco más empapada y un poco menos dulce, aunque esto es cuestión de gustos. Y lo dice alguien que no es muy “postrero”.

Aprovechando la amplia oferta de vino por copas existente, decidimos seguir con esta opción durante todo el ágape. Por tanto lo bebido fue:

Una copa de cerveza, tres copas de Ribeiro Flower and the bee, tres copas de Valdehorras Neno, y una copa de Rioja Luberri Biga.

Por todo esto pagamos 74€. Experiencia satisfactoria en términos generales.

Comentar que debido al sistema de puntuaciones es posible que para la primera visita el servicio del vino este puntuado un pelín alto. Somos conscientes de ello, por que así la nota global se acerca más a nuestras sensaciones.