Restaurante Bon Paladar en Naquera
Restaurante Bon Paladar
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Añadir vino por copa

Precio desde:
30,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
30 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
4.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
4.0
Precio medio entorno ENTORNO
4.0
RCP CALIDAD-PRECIO
7.0
Opiniones de Bon Paladar
OPINIONES
1

Estuve comiendo con mi pareja en este restaurante el pasado domingo 26 de enero. Fuimos a pasar el dia por la zona de Serra-Náquera y buscando un sitio para comer, después de sopesar varias alternativas finalmente nos decantamos por este restaurante, fundamentalmente, la verdad, por sus precios comedidos. En esta época que nos toca vivir, donde la crisis nos afecta a todos, cuando uno sale a comer mira mucho más los precios que antes.
Por lo que respecta al sitio, parece el típico bar de carretera, de hecho está próximo a una gasolinera y junto a la carretera de acceso a Náquera. Dispone de una terraza bastante amplia donde se debe de estar muy bién en primavera y verano. Pero nosotros, aunque hacia un dia bastante bueno, al estar en Enero descartamos la posibilidad de comer a la intemperie y pasamos al salón. Éste era un salón bastante amplio donde había unas 20 mesas pero donde la decoración brillaba por su ausencia, apenas había motivos decorativos y los pocos que había parecian sacados de la serie "Cuéntame como pasó", es decir resultaba una estancia sin alma, desangelada y que necesitaba a gritos una actualización al s.XXI.
Lo mejor de todo probablemente fue la maravillosa atención de los 2 camareros de sala, chico y chica, en todo momento atentos, rápidos, educados y sobre todo, y eso es algo que se echa a faltar en muchos sitios, simpáticos.
Por lo que respecta a la comida, a pesar de que tenian un menu muy económico por 15 euros nos decantamos por pedir a la carta. De entrante pedimos unos chipirones plancha con habitas y ajor tiernos. Las habitas, pequeñitas y de temporada estaban muy tiernas y sabrosas (reconozco que aqui es fácil convencerme pues soy un enamorado de esta verdura de temporada tan típica de nuestras tiernas). En cambio los chipirones, aunque tiernos y sabrosos, no habían sido limpiados concienzudamente, enseñando la típica "babilla" de su interior y además, les faltaban un par de minutos más en la plancha pues su interior se revelaba un tanto crudo. El otro entrante, el mejor de los dos, fue algo que aún no había tenido la ocasión de probar nunca y que me cautivó. Me refiero al archiconocido y apreciado queso extremeño, "Torta del Casar" que estaba realmente bueno, con esa cremosidad y ese "punch" de sabor tan caracteristico. Ya digo, este entrante fue el mejor de los dos, aunque aquí sospecho que el mérito principal lo tiene el propio producto en sí mismo, pues tampoco conlleva mucha elaboración antes de sacarlo a la mesa.
En cuanto al plato principal, nos sacaron un arroz meloso de Bogavante que previamente habia encargado a través de una llamda de teléfono media hora antes siguiendo las recomendaciones que me dió el cocinero. Este plato, para nuestra desgracia fue el peor de todos. El Bogavante estaba bastante bueno, aunque aquí podemos decir lo mismo que con la "Torta del Casar", donde fallaron estrepitosamente fue en el arroz y no en su punto de cocción que era el edecuado, sino en el sabor. Al cocinero claramente se le fue la mano con la sal y el resultado era un arroz tan tremendamente salado que parecía "salmuera". La verdad yo no soy de los que se asusta fácilmente con la sal de las cosas, y de hecho prefiero siempre una cosa algo salada que insípida, pero ese arroz era algo absolutamente insoportable que te dejaba la lengua y el paladar echando fuego. Con razón, y a pesar de que no nos lo terminamos, nos tiramos luego toda la tarde bebiendo agua como si vinieramos de una larga travesia por el desierto del Sáhara. Yo he llegado a varias conclusiones acerca de qué pudo ocurrir. Creo que el cocinero utilizó para el sofrito Tomate frito de los que venden en el super en vez de utilizar tomate natural como hubiera sido lo correcto. El color del arroz, excesivamente rojizo, delataba la utilización de esta mala práctica, a mi entender totalmente inadmisible en cualquier restaurante. Y si a ello le sumamos el hecho de que se le fuera la mano con la sal y lo que es peor, que no probara el resultado antes de sacarlo a la mesa con lo cual hubiera tenido tiempo y oportunidad de enmendar el error, tenemos como resultado un arroz que no había por donde cogerlo (ni comerlo). Además, cual fue mi sorpresa al ver que nos servían el arroz ya emplatado, y no con el típico perol colocado en medio de la mesa para que cada comensal se sirva a su gusto como hacen en la mayoría de restaurantes cuando pides un arroz caldoso o meloso.
Por lo que respecta a los postres, pedimos una tarta de la abuela, que semejaba un tiramisú ibérico casero pero que no estaba nada mal y una tarta de chocolate, francamente deliciosa, que parecía realmente un brownie, con su correspondiente chocolate caliente por dentro y que se acompañaba maravillosamente por una mermelada de fresa que a juzgar por los tropezones que te encontrabas parecía casera y estaba muy buena.
Por lo que respecta a la bebida nos decantamos por un verdejo de Rueda, marca Niebla, que la verdad es que se dejaba beber con facilidad y se reveló como un vino muy resultón para su precio (10 euros). Terminamos la comida con 2 cortados y la invitación por parte de la camarera de unos chupitos de una mistela muy suave y bastante buena.
En resumen, podemos decir que es un sitio donde comer no resulta caro pero donde la calidad de su cocina es francamente mejorable. A todos nos gusta comer bién de manera económica pero lo que no le gusta a nadie es que le den "gato por liebre". Y esto es un poco lo que nos pasó a nosotros. La factura final no está mal para tratarse de una comida para dos un domingo, pero de todo lo que comimos fallaron en la mitad de las cosas y sobre todo, y esto es lo peor, fallaron justo donde nunca hay que fallar, en el plato principal. Yo sé que pedir un arroz marinero en una zona de montaña como ésta implica ciertos riesgos, pero también digo que si eres cocinero y te atreves a poner un arroz en tu carta es porque se supone que lo sabes hacer bien, porque de lo contrario nadie te obliga a incluirlo en la carta.
En fin, es un sitio donde se puede comer sin gastarse una "pasta", cosa que hoy en dia es muy de valorar, pero como mi experiencia personal no fue del todo satisfactoria no me atreveria a recomendarselo a ninguno de mis amigos

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