Restaurante La Tabernita en Rocafort
Restaurante La Tabernita
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
26,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
27 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.0
Comida COMIDA
8.5
Precio medio entorno ENTORNO
7.0
RCP CALIDAD-PRECIO
5.0
Aurelio_Gómez-MIranda_La_Tabernita_Santa_Bárbara_Pulpo_a_mi_manera
Aurelio_Gómez-MIranda_La_Tabernita_Santa_Bárbara_Langostinos_pasta_kataifi
Opiniones de La Tabernita
OPINIONES
2

En la exclusiva urbanización de Santa Bárbara, en ese recodito que hay en la carreterilla que la une con Rocafort, ese recodito bien aprovechado con un puñado de comercios y restaurantes con terraza.

Se trata del antiguo “Localito”, un garito que disfrutó de cierta notoriedad en la zona durante algunos años. Ahora lo llevan los de “El Gordo y El Flaco”, lo que supone toda una garantía y de hecho fue lo que nos impulsó a ir.

Local de origen rustico redecorado con modesto toque de modernidad. Ambiente un tanto oscuro, la iluminación es toda cenital, quizás le iría bien algo de luz de ambiente. En la terraza se debe estar de maravilla, pero no hacía día, como no lo ha hecho ningunos de estos días lastimosamente pasados por agua de Fallas 2015.

Carta actual, multidisciplinar, con ensaladas cuquis, ibéricos, conservas caseras, montaditos, huevos, tapas de autor, y alguna carne y pescado. Apañadita esa carta.

Hicimos un picoteo, consistente en:

Langostinos rebozados en pasta kataifi con mahonesa de soja y mostaza. Deliciosos, buen langostino enmarañado en la crujiente pasta y mojado en el cuenquito en el que sobresalía el sabor a soja tamizado por un punto dulce y con la textura de mahonesa… Bien, bien.
Conserva casera de ventresca de atún con crema de ajo suave, almendra molida y caramelo templado. Calidad en el género, pero no veo yo esa conjunción con crema de ajo, caramelo, almendra… No, no ligaban.
Croqueta de pollo con nueces. Algo insulsa y seca.
Croqueta de boletus. Sabrosísima. Quizás mejorable que el rebozado no formaba un solo cuerpo con el resto, iba por su lado.
Pulpo a mi manera. Pulpo pequeño, sápido, perfecta textura, sobre una cama de puré de patatas con pimentón. Me gustó.
Canelones de solomillo, trufa y crema de parmesano. No iban faltos de sabor, pero estaban jascos, se hacía bola, sensación de recalentados.
Panna cotta de Baileys. Algo mazacote, aunque tenía su punto, muy presente el Baileys.

En definitiva, una cenita correcta, agradable, con altibajos. Me quedo más con los “alti” que con los “bajos”, me quedo pues con esos langostinos y con ese pulpo.

Bebimos un Enate Chardonnay 234 2014, que se empeña en seguir el rumbo 2013 cuando el bueno es el marcado hasta el 2012, qué le vamos a hacer. Lo elegimos entre una ponderada y bien seleccionada oferta de vinos. Copas más que decentes.

Servicio cordial y con ganas de agradar.

No nos cobraron los canelones, no sé si nos oyeron… En todo caso, se agradece, por supuesto que se agradece, y se valora: son detalles que dicen mucho de la gerencia del negocio y que impulsan a volver.

Tal como nos induce el nombre del establecimiento, "La Tabernita" es un pequeño restaurante, rodeado por una acogedora terraza, en la que deleitarse de los muchos y variados "platillos" preparados por una esmerada y cuidada cocina.

Mi primer contacto con La Tabernita vino motivado por el deseo de disfrutar de una cena sencilla, regada por un frío y afrutado vino blanco, en un espacio abierto, en el que combatir una calurosa noche de agosto.

El establecimiento cuenta con una sencilla carta en la que poder elegir entre originales ensaladas, variados entrantes fríos, elaboradas tapas calientes y unos exquisitos postres caseros.

En nuestra primera visita a La Tabernita, nos decidimos por los tacos de morcilla de Burgos, acompañados de cebolla caramelizada, coronados con un huevo de codorniz. A este original entrante le siguieron una croquetas caseras de jamón y cocido, que nada tenían que envidiar a las preparadas por nuestras madres.

Las estrellas de la noche vinieron de la mano de un excelente calamar, sutilmente acompañado por un aliño de aceite y nuestro castizo ajo y un pulpo cocinado a la brasa, presentado sobre una cama de puré de patata y acompañado de sal gruesa y pimentón.

Por último y siguiendo la recomendación, degustamos un canelón de solomillo de ternera con trufa, nada despreciable.

Como final de nuestro recorrido culinario, nos decidimos por un postre elaborado a partir de la receta del pastel de queso con arándanos, al que la creatividad del cocinero le aportaba una original y desestructurada presencia. Muy recomendable.

Cafés, orujos y buena compañía... nos permitieron despedir una agradable y calurosa noche de verano.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar