Restaurante Martin Quiroga  en Valladolid
Restaurante Martin Quiroga
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
31,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
37 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.5
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.5
Comida COMIDA
9.3
Precio medio entorno ENTORNO
7.0
RCP CALIDAD-PRECIO
10.0
Tiramisú
Salmonetes
Lubina salvaje
Rissotto con gamba roja
Carta de vinos del Restaurante
Los vinos de la comida
Entrada del Restaurante
Opiniones de Martin Quiroga
OPINIONES
4

Después de haber estado una cuantas veces alegrándonos el paladar con las delicias que sirven en barra y tras reservar con un par de meses de anticipación, por fin llegó el día de poder degustar sentado los platos que preparan en este pequeño local.

Una mesa amplia, con butacas cómodas de respaldo alto, buena mantelería, cubiertos de diseño y copas a la altura del resto de elementos crearon el ambiente propicio para una buena comida. Una vez reunidos todos los comensales nos "cantaron" los platos que había disponibles. Como ya se ha dicho en otros comentarios, la carta no es fija, sino que varía en función de lo que haya de temporada en el mercado, una política que parece de sentido común pero que en muchos sitios no se tiene en cuenta.

Compartimos como entrantes un carpaccio de canguro (bien, aunque la carne de canguro no está dentro de mis predilectas), unos filetes de atún rojo curados sobre una cama de tomate rallado (muy bueno, una textura suave y un sabor de intensidad comedida) y unas alcachofas a la plancha con jamón y un huevo roto, deliciosa combinación y en su punto.

En cuanto a los segundos, andaba yo con antojo de un steak tartare, así que cuando el camarero nos lo sugirió no lo dudé un momento. Presentado en forma de timbal, con la yema encima para romperla, la única pega que puedo ponerle es que quizás estaba un poco pasado de pimienta (cuestión de gustos), pero no enturbiaba en absoluto el conjunto, con una carne jugosa, fresca y bien cortada. De los demás segundos, me quedaría con el rabo de toro, un guiso de los que reclaman pan y más pan. Probé también un lomo de ciervo con salsa de curry, que aunque estaba bien ejecutado me pareció un poco desequilibrado hacia el lado de las especias.

En cuanto a los postres, que también compartimos, me quedaría con el tiramisú, jugoso y con una combinación de sabores perfecta, aunque el resto (tarta de mascarpone, trufa de chocolate con mousse de avellana, tartare de fresas con sorbete de mango y tocinillo de cielo) no desmerecían en absoluto.

Completamos la comida con un buen café, al que la casa tuvo la cortesía de invitarnos.

En cuanto a la carta de vinos, incluirá alrededor de 40 referencias bien escogidas y con una "inflación" razonable con respecto al precio en tienda. Acompañamos la comida con un Almirez 2011 (22,50€), un excelente Toro equilibrado y redondo.

El servicio fue, como siempre, atento, profesional y amable.

Lástima que sea tan difícil conseguir mesa, pero siempre nos quedará la barra para darnos un capricho.

Nada parecia presagiar la buena comida que nos esperaba ya que el local es muy pequeño aunque sentado a la mesa no te sientes incómodo. Marcos tiene mucho que ver porque es una persona muy amable y atenta. Voy a intentar acordarme de los platos porque no hay carta y los productos de mercado son los que mandan. Hemos sido 4pax. con 3 entrantes: carpaccio de buey con atún y piñones (muy rico), ensalada de atún rojo (el plato más flojo a mi gusto) y alcachofas (muy tiernas). De platos principales: chuletón de buey para 2 personas (muy buena materia prima y muy bien hecho), una lubina salvaje (también muy rica) y unos salmonetes (en comparación el plato de menor cantidad). Todo ello regado con un excelente Quinola Garage Wine de quitar el sentido. En cuanto a los postres: sorbetes de mango y mojito (sabrosos),tiramisú en copa (correcto) y flan de queso mascarpone muy suave. Por hacer algo de crítica quizás pondría algún aperitivo al comienzo. Con 1 coca-cola y 2 de agua el precio final no me ha parecido nada caro.

  • Tiramisú

    Tiramisú

  • Salmonetes

    Salmonetes

  • Lubina salvaje

    Lubina salvaje

Efectivamente local minúscula pero coqueto, es un restaurante-boutique que pese a sus dimensiones mantiene una barra con mucha movimiento y que practica una cocina de mercado con un primoroso tratamiento de la materia prima. Con una carta de vinos muy reducida pero que apunta maneras y buenas copas. Disfrutamos de una comida que su ritmo, ejecución y resolución calificaría de excelente. Excepcionales los espárragos, muy ricos los calamarcitos, magnífico el rissotto con gamba rojo, espectacular la merluza con calçot, muy bueno el cachete de solomillo de buey y finalmente un increíble postre: trufa de chocolate con After-Eight... Aún hubo espacio para una espectacular tabla de quesos artesanos españoles. Lo mejor... eso sí... la compañía!!!

  • Rissotto con gamba roja

    Rissotto con gamba roja

Abierto a finales de 2011, este pequeño (apenas 4 meses para unos 16 comensales como máximo) pero coqueto local, está gestionado por dos hermanos, Nicanor, a los mandos de la barra y la cocina y Marcos, también en cocina en el apartado de postres y gestionando la sala.

Su anterior trayectoria en Valladolid trabajando en bares de tapeo les ha llevado a querer seguir manteniendo viva una pequeña barra, de apenas tres o cuatro metros, al mismo tiempo que atienden la sala. Una idea divertida pero ciertamente exigente para ofrecer un buen servicio para tan sólo dos personas. En nuestra experiencia, a pesar de estar el restaurante lleno, el servicio fue atento y diligente.

La filosofía del restaurante es, nunca mejor dicho, la cocina de mercado ya que no se dispone de carta de producto fija y la oferta gastronómica está ligada precisamente a las mejores materias primas que se encuentren día a día en el mercado. El sábado pasado nosotros comimos, entre otros platos, unos buenísimos espárragos de Tudela (de Duero, ¡ojo!, aclaremos :-) con parmesano, unos chipirones fresquísimos a la plancha con pesto, un solomillo de ternera vieja de Palencia (soberbia lo tierna que estaba la carne) y de postre, una creatividad de Mario, una trufa con nata y una galleta de chocolate/menta riquísima.

La carta de vinos, sin ser extensa, está bien cuidada y el servicio de copas y temperatura es bueno. Nosotros fuimos a comer con unos amigos que llevaron sus propias botellas de vino e imagino que no tendrán problemas en el restaurante para ampliar ese servicio a cualquier cliente con el cobro de un descorche (pero esto sería mejor consultarlo con los propietarios al reservar).

No puedo hablar de la relación/calidad precio del Restaurante porque fuimos invitados pero, por los comentarios que he oído entre gente de Valladolid, es bastante buena. Si vuelvo a Valladolid, repetiré.

  • Carta de vinos del Restaurante

    Carta de vinos del Restaurante

  • Los vinos de la comida

    Los vinos de la comida

  • Entrada del Restaurante

    Entrada del Restaurante

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