volvemos años después.
excelente ubicación en un pueblo (de los más bonitos de España, dicen) precioso.
la cocina y los ingredientes son tradicionales, con excelente elaboración y cierta creatividad.
siguen con una carta de vinos relativamente corta, así como con un servicio del vino que ni les va ni les viene...no es su tema....las copas son Riedel, el modelo sencillo "sólo" para restaurante (esas que van en cajas de 24, a 3-4 euros unidad)
a destacar algunos precios de vino sorprendentemente bajos (Belondrade y Lurton a 30 €) para un restaurante, igual la añada es "lejana".
seguimos con los cubiertos Ikea (de verdad no hay plan b??), con platos y platitos desconchados por el uso, y con un servicio seco como la mojama, más por timidez (o esa sensación nos dió), que por el ir a la suya (que sí que vimos en la dueña (la que ejercía de)).
es un buen restaurante en una zona turística de tapeo y similares....
aquí el cocinero ha hecho muy bien las cosas, algún día sacarà la cabeza y preguntarà què pasa en su sala... porque al final, el servicio, lo que sería el servicio....es gratis.
cuesta lo mismo abrir mal una botella que abrirla bien, ser amable que ser distante.... el salario del trabajador es igual... pero el cliente lo vive distinto.... con eso y todo, muy recomendable, tienen una RCP muy correcta y la calidad de los productos así como cocciones, estan muy bien elaborados.