Gran parrillero!

Tras un largo aperitivo por los bares de la Villa degustando txacolí y blancos ruedas (el blanco preferido para chiquitear en Euskadi por encima de Albariños u otros) nos decidimos a entrar a comer en uno de sus más afamados restaurantes, reconocido especialmente por sus preparaciones en la parrilla. No es el único del lugar ni mucho menos.

La estancia es agradable, rústica y acogedora. A la mesa de primero unas anchoas que estaban de lujo, y después unas almejas a la plancha, que quizás llevaban algo más de ajo de lo que a mi me gustan, pero en cualquier caso, bien.

De segundos, la vedette: besugo a la parrilla. Me encanta ver y disfrutar cómo lo preparan, y por supuesto deleitarme después al comerlo. Las piezas de tamaño medio, ideales para una persona con hambre, estaban en su punto de cocción, y el refrito (aceite, ajo, guindillas, vinagre) que le echaron por encima una vez el besugo estaba asado en su punto, le dió el toque maestro. Para beber qué mejor que un magnífico Terras Gaudas bien frío! Y de postre 1/2 Gin Tónic. Después siesta en campa. No quiero ni más ni menos para pasar un buen domingo!!!

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