Brett Graham lleva ya años con su restaurante consolidado y no por ello ha bajado la guardia.Despues de varios intentos fallidos,al fin pude sentarme en una de su mesa.Que no tenga tres estrellas resulta incomprensible.Algunos, en Londres,dicen que es el mejor restaurante de la ciudad.
La sala es un tanto anodina,pues es una pieza cuadrada o ligeramente rectangular,llena de mesas,con lo que el espacio entre una y otra se parece más a una casa de comidas que a un 2*.
Pero la cocina, ah la cocina!!; eso es otra cosa muy distinta.
Me limito a mencionar los platos que comimos pues doctores tiene la iglesia culinaria que los diseccionarían mucho mejor.
-- Remolacha blanca asada en barro,caviar inglés con anguila ahumada y seca.
-- Ceviche de vieiras,algas,aceite de hierbas y wasabi congelado.
-- Alcachofas violeta chinas,uvas moscatel,nueces y foiegras rallado
-- Sepia a la plancha con ajo y tostada de trigo
-- Huevo templado de Bantam,nabo trufado y jamón seco.
--Coliflor asada,mantequilla de langosta,queso parmesano y albahaca
-- Rodaballo de Cornwall con espárragos,crema de ostras y pan integral.
-- Pichón curado con encurtido de rosas y ensalada de hoja roja y verduras.
-- Cordero de leche con nabo,crema y ajo salvaje.
-- Cerdo ibérico,zanahorias moradas,asadas en heno,mostaza y crujiente de su piel.
-- Tarta de azúcar moreno,con helado de jengibre,suero de mantequilla y ruibarbo.
-- Miel de Richmond Park,leche de búfalo,polen de abeja y aguamiel.
-- Carro de quesos ingleses.
Un festival !!!
Copa de champagne con los aperitivos de un bocado,fuera de lo común también,pero que olvidé apuntar.Riesling que me aconsejó el sumiller y que olvidé también su nombre y tinto Pino-2012 de bodegas Ponce,que estaba en la carta de vinos y no pude aguantarme de emoción de verlo allí.
A destacar también el camarero encargado del carro de quesos,que era español y muy competente en quesos ingleses de pequeños productores, y que al oírnos hablar español,ya que éramos únicos ese día en la sala,no pudo por menos que describirnos todos los quesos que nos ofreció, en castellano.
Soñando con volver
En el acogedor barrio de Notting Hill, este sensacional restaurante. Nada falla, ni el servicio (muy atento), la asistencia en los vinos, los postres ni la magnífica cocina que practica Brett Graham: nada de manierismos: una cocina sincera pero muy elaborada.
Es caro, lógicamente porque es un dos estrellas muy bien situado en la guía San Pellegrino, pero algo más barato que otros muy bien considerados (como el mediocre y pasado de moda Gordon Ramsay en Royal Hospital) y mucho mejor en cuanto a resultados. La pechuga de pichón con remolacha y sus patas confitadas (imagen) es uno de los mejores platos que he comido nunca.
No me lo pensaría dos veces. De hecho, estoy deseando volver.