Sencilla “trattoria” situada al principio de la calle Infanta Mercedes, decoración austera y mesas lo suficientemente cómodas con una correcta separación. Sábado a mediodía y local lleno, mucho ruido y buen ambiente.
Cocina casera y apetecible, con una carta clara y profunda, separada por tipos de platos, con largos apartados divididos en diferentes ensaladas, anti-pasto, pastas, entrantes, carnes, pescados y pizzas. Nos ponen un aperitivo (cobran 2€ por cubierto) de un riquísimo pesto con burrata servido en dos vasos. Comenzamos con un carpaccio de bresaola (11,9€), presentado sobre una tabla de madera, finísima la bresaola y de primera calidad, con sus lascas de un excelente parmesano y una buena lluvia de fresca rúcula por encima. Perfecto comienzo. De pasta pedimos unos linguini al tartufo y funghi porcini (14,9€) fantásticos, pasta fresca elaborada por ellos mismos al perfecto dente con una salsa de trufa negra y hongos realmente sabrosa y apetecible. Luego llegaron las pizzas, verdaderas estrellas del local y con fama de ser las mejores de Madrid. Pedimos dos pizzas combinadas (50% de cada una de un tipo), una de ellas con speck y gorgonzola por un lado y patatas chips con huevos de codorniz por otro y la segunda del propio carpaccio de bresaola por un lado y de queso de cabra por otro. A 12,9€ cada una. Buenísimas, la masa es ovalada, muy fina y crujiente, los ingredientes frescos y sabrosos y su verdadero secreto consiste en una soberbia salsa de tomate de sabor ligeramente ácido y penetrante. Sin duda las mejores que hemos probado, de auténtico vicio. Finalizamos con dos postres, por un lado el tiramisú (4,9€), presentado en vaso, cremoso y francamente bueno y el cannoli siciliano (4,9€) igualmente destacable, de textura crujiente por fuera y melosa por dentro.
Carta de vinos interesante, bien dimensionada y fácil de leer, con predominancia nacional pero con una buena representación extranjera, en especial de Francia y sobre todo de Italia, de donde disponemos de un buen número de referencias e incluso algunas de bastante prestigio. Precios variables, como siempre los vinos más baratos sufren mayor carga y los de gran prestigio en cambio casi no tienen recargo sobre precios de tienda. Pedimos un Chianti Rufina Nipozzano Riserva 2009 de Marchesi Frescobaldi (25€), muy en la línea de los vinos de este productor, vinos sin sorpresas que no fallan, bien elaborado y disfrutable en estos momentos. Lo único malo quizá las copas, simplemente correctas. Tras el postre, una excelente Grappa La Poderina (4,5€) de Nobile di Montepulciano y un limoncello casero de excelente factura, al que invitaron. Servicio de mesas sin sorpresas, bien, no destacando ni por lo bueno ni por lo malo, con amabilidad.
Así pues, las sensaciones que nos llevamos de la comida fueron francamente positivas, Don Lisander es desde luego el mejor restaurante italiano casero que conocemos en Madrid y en especial por las pizzas, realmente extraordinarias, además la carta de vinos es más que correcta y se está bien, informal pero serio, para disfrutar de una cocina de la que hay muchos locales pero pocos, muy pocos con este nivel. En cuanto a los precios al final la cosa se nos fue a 97 euros, lo cierto es que la RCP no nos pareció ni mucho menos mala pero al final te das cuenta de que esto de Madrid es una locura, ya que resulta prácticamente imposible comer bien con un vino decente por menos de 50 euros por persona, nos resulta curioso que todo el mundo que viene por aquí dice que come por 25-30 euros y la verdad que nos preguntamos qué es lo que comen. En cualquier caso comimos muy bien y con toda probabilidad volveremos, habrá que probar los risottos que tenían una pinta extraordinaria. Y las pizzas justifican el viaje. ¡Mamma mía, qué pizzas!
Creo que merece la pena sobradamente, todo lo que pedimos estaba muy bueno y las pizzas son excelentes, lo de los precios es más que nada una reflexión sobre un hecho que está ahí y que algún día debe afrontarse y es que Madrid es una cuidad tremendamente cara. En este caso de momento les va bien y llenan, pero no todo el mundo puede decir lo mismo.
Saludos,
Eugenio.
No conozco esta trattoria...parece buena: bresaola del norte de italia, linguini al tartufo e funghi porcini specialidad del centro Italia, cannoli siciliani, chianti toscano, limoncello e pizza napoletana...te has hecho la vuelta de italia amigo!
Sabes de que zona de Italia son los jefes ?
Hasta ahora en Madrid la mejor pizza que he comido fue en un restaurante 100% Napolitano llamado "anema e core" en Opera y las pizza eran buonisimas, las tipicas pizzas napolitanas (al nivel de la masa, de los ingredientes y de la cadidad).
Un saludo
Creo que merece la pena, te gustará, además la carta de vinos tiene algunas referencias interesantes, Toscana, Piamonte, Sicilia, Véneto, Montepulciano, Campania…hay cosas. Sin duda la masa y la salsa “pomodoro” son la clave de estas pizzas.
Saludos,
Eugenio.
Yo tambien tomo nota de esa trattoria.
"Anema e core" esta en Opera, calle Donados. Tienen un carta de 20 vinos mas o menos (de toda parte italia: friuli, sicilia, campania, piemonte, vino casero...).
El problema de los italianos, que sea en italia o en el estranjero es que tienen 500 suplementos en el precio: suplemento para el pan, suplemento para los cubiertos, suplemento para el servicio...te ofrescan un aperitivo y luego vez en la cuenta que has pagado 2 euros...
No se si te ha pasado muchas vezes, pero a mi casi siempre que sea en italia, en francia y en madrid...
Un saludo
Sí, las “sorpresas” en la cuenta es un tema que ya hemos tratado mucho por aquí. De todas formas los que van mucho por Francia como los foreros Ferrán, Jerónimo o Lsierrar siempre dicen que allí las cuentas son bastante claras y no suele haber sorpresas…
Yo también me lo apunto. No soy muy de pizzas e italianos, pero mi contraria es una "fan" y seguro que le encanta. Gracias por la molestia en recomendarlo. La verdad es que cada día más se está convirtiendo para mí esta página en una referencia segura cuando viajo.
Nada hombre, para eso estamos. Si a tu pareja le gusta la pasta y pizza es una elección segura.
Saludos,
Eugenio.
Esta convivencia en lo gastronómico ya data de hace treinta años, porque ya en el mal llamado "viaje de novios" (a lo tradicional y por Andalucía) tuve que convencerla que donde se pusieran los langostinos de Sanlúcar o las tortillitas de camarones (o las delicatessen de La Carihuela) que se muriesen los sandwichs mixtos o los perritos calientes del infierno. Algo hemos conseguido, pero es una labor de mucha persuasión y perseverancia.
Apúntate también el Don Giovanni del Paseo Reina Cristina para recuperar fuerzas después pasear bien paseado el Retiro. Ahí el chaval no tiene problema, que tiene pizzas para jartarse y tú te dedicas a los caprichos de Andrea (Tumbarello) que no te van a decepcionar un ápice (tampoco te los va a cobrar baratos, ¡¡¡Voto a Bríos!!!)
Gracias por la información. Ya conocemos el local que mencionas (hace apenas un año). Solo podemos recordar con agrado sus entrantes y pizzas. Los platos fuertes para olvidar (al menos esa tarde).
Saludos y gracias de nuevo
Es cierto que entre los primeros y lo que llamas "platos fuertes" se sufre alguna decepción, por las expectativas que te crean. Pero también creo es algo que sucede en más de un restaurante (y hasta si me apuras, en los de más nivel)
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