Atención, ganas de agradar bien entendidas y servicialidad en todo momento. Terraza muy agradable para tomar algo antes o incluso los cafe o postre después. Muy amables y atentos en el servicio del vino, la carta algo escasa y justita a mi modo de ver con pocas referencias y de medio bajo nivel. Comida muy agradable.
- Alcachofas con tempura de gambas sobre mermelada de tomate
- Ensalada de atún rojo (muy bueno) con piña y helado de wasabi (conseguido, muy suave, sin atemorizar...)
- Un Carabinero por cabeza, espectacular y rico hasta decir basta pero muy caros
- Un pescado cuyo nombre no recuerdo ahora, luego lo añadir, un punto escaso de sabor
- Ventresca de atun, muy buena
Postres, cafes, una botella de Louis Roederer, un blanco demasiado floral y dulce que casi no tocamos
Muy a gusto

En condiciones diferentes a la anterior ocasión, con un sentido mucho más gastronómico y con muchos menos comensales en la mesa, el restaurante muestra claras mejoras. Para empezar, el servicio. Amable, simpático, servicial y a pesar de encontrarse lleno, buscando la satisfacción del cliente..lo que queremos desde esta parte. Atento servicio al vino, sin escatimar comodidades , tiempos y copas. Carta de vinos aceptable que precisa renovación. Su cocina , es similar a la descrita previamente: gustosa, jugosa, contundente, abundante y en ocasiones excesiva. Productos de calidad , platos muy elaborados, con muchos e intensos ingredientes que en ocasiones agobian y saturan y otras alcanzan cierto nivel, no resultan demasiado disruptivos y aportan una sensación global de potencia, sabor y estructura. La cocina tiene interés y cierta calidad, merece la pena. Ojo, productos frescos del día, preguntar precios para evitar sustos

La yaya reune culidades que explican su éxito: precios razonables, comida gustosa, buen producto servicio amable, un sitio agradable y mucha , mucha cantidad..Conclusión: llenazo, hay que reservar, al menos en verano.Una cocina rica, quizás algo excesiva y aglomerada, pero rica y saciante. Carta de vinos apetecible, con buenos vinos recomendables, baratos de base, pero con precios en el restaurante dispares. Cocina sin florituras, contundente, abigarrada y un tanto excesiva en mezclas, ingredientes y acompañamientos, pero rica y apetecible para muchos, de eso se trata.

Con el buen día que se preveía decidimos darnos un garbeo y hacer nuestra primera salida siendo 3.

Ya había leído en algunos blogs acerca de este local y allí que nos fuimos después de visitar la costa.

Local bien decorado, con mesas bien vestidas, de las de verdad, de madera. Vajilla y cristalería muy aceptable.

Menú del día muy variado y apetecible.

Tomamos los siguiente:

Arroz negro, punto correcto y buen sabor, un acierto.

Calabacino relleno de marisco, con una crema de marisco de fondo, suaves y bien hechos. El único pero es el queso rallado que usaron para gratinar, que ni intento fundirse y era un poco plasticoso.

Bacalao con pil pil y piperrada, un buen lomo en una suerte e club ranero, bien el pescado una piperrada, el pil pil falto de ajo pero suave, bueno.

Filet mignon de pato, al estilo del chef supongo, algo pasado de cocción pero sabroso.

Brownie y arroz con leche correctos.

Cerveza sin alcohol, agua, Nidia 2010 verdejo y cafés incluidos.

Servicio voluntarioso y amable.

Un sitio muy recomendable, con una rcp increíble, anotad queda

hemos comido hoy 4 personas el menu del dia de 18 euros, fenomenal. Ibamos ya con buenas referencias y la verdad, genial. La carta tiene muy buena pinta, asi que otro dia habra que volver a probar experiencia con la carta. Es una casa de piedra antigua restaurada, decorada muy bonita sencilla con toques modernos. tomamos 3 quiches y setas y champiñones con jamon, muy buenos, el quiche quiza mejorable pero aun asi muy aceptable. De segundo 1 brocheta de salmon, 2 carrilleras ibericas y 1 secreto iberico muy logrado. Las raciones son muy generosas. De postre 1 brownie, 1 crema catalana quemada buenisima, 1 arroz con leche y 1 sorbete de frambuesa. Agua, casera i volldam, 1 copa lambrusco y 4 copas de el marques, ribera de duero, no lo conocia y la verdad nos gusto. Por cierto el cocinero me han dicho que es frances