Imprescindible tapear en San Sebastián

Me habían llegado rumores de diferentes fuentes informativas acerca de este local, así que aprovechando el fin de semana en San Sebastián decidí ir a conocerlo.

Local pequeño y estrecho, casi siempre hasta los topes... por algo será.

No es un sitio para disfrutar del vino, si acaso un txacolí bien tirado.

Hasta aquí los contras. Los pros: UNAS TAPAS PARA GOZAR. Yo no los llamaría pintxos, no es el típico sitio con los pinchos en la barra para elegir. Llegas, miras la pizarra, eliges, te pides una cervecita y esperas un poquito a que vayan saliendo de la cocina. Suelen pedir unas cuatro comandas cada vez, pues el sitio es muy pequeño y la gente es abundante, así que el encargado de atender y cobrar a veces se estresa un poco.. jejeje. Pude probar en las dos veces que fui lo siguiente:

.- Foie sobre compota de manzana: muy bueno.
.- Carrillera de ternera al vino tinto: espectacular.
.- Presa ibérica: buena.
.- Tempura de bacalao: original.
.- Croqueta cremosa de mollejas de cordero: riquísima.
.- Oreja de cerdo: deliciosa.
.- Rissoto: muy bueno.

Me quedé con ganas de hacer un pleno de la pizarra.

Personalmente me encantó el concepto, y a pesar de que la comodidad brilla por su ausencia y el servicio del vino es inexistente, no veo justo penalizar mucho estos dos conceptos, pues las tapas que próbé compensan con creces las carencias. Aconsejable llegar con tiempo, sobre todo por la noche, pues a las 22:30 pudes encontrarte con que la cocina empieza a cerrar.

Volveré seguro.

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