Tremendo! El local es pequeño, pero es un bar de pinchos, no un

Tremendo! El local es pequeño, pero es un bar de pinchos, no un restaurante. Hablemos primero de vino. Nada de carta, tienen un par de tintos, un par de blancos y algún chacolí. Temperatura inadecuada y en recipiente aun más inadecuado. De modo que suspenso en ese apartado. Pero llegamos a la cocina. ¡Qué cocina! Cada pincho mejor que el anterior. Allí probe la carrillera más impresionante, espectacular y deliciosa que
se pueda imaginar. Una témpura de bacalao, de "foto en el paladar", pechuga de pato laqueada impresionante, un chipirón relleno de cebolleta que se hace la boca agüa sólo de recordarlo y un risotto muy rico (por criticar algo, fue el pincho que menos me gustó).
El servicio: pues gente muy maja, la verdad.
Mi puntuación sobre 10 es esta...
Servicio del vino: 3
Comida: 9
Entorno: 5
Si piensas ir por el vino, ahorrate el viaje, pero desde luego merece la pena ir por todos y cada uno de sus pinchos (al menos, por los que yo probé ;)

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