Hoy íbamos en busca de un buen txuleton y sabíamos por todo lo comentado que el Txakoli Simón en Artxanda era una opción muy recomendable. Uno, que es muy despistado en más de una ocasión, pensaba que lo tenía localizado y allí nos hemos dirigido tan campantes.
Una vez sentados a la mesa y ojeando la carta, le he comentado al camarero que si en la página web tenían tantos vinos dulces, como es que en la carta no tenían más que uno.
Se ha extrañado e incluso ha ido a mirar y mientras le he pedido a mi chica que mire en el móvil y al escuchar el camarero que le decía yo que pusiera Txakoli Simón, él nos ha corregido: este no es, este es simple y llanamente el Txakoli.
La decoración es bonita pero creo que demasiado recargada y las mesas están demasiado juntas, bien vestidas eso sí y buen servicio de mantelería, cubertería, y buenas copas.
Pues nada, siempre se aprenden cosas nuevas, qué le vamos a hacer.
Una vez percatados y al ofertarnos algún pescado fuera de carta, hemos elegido la comida ya sin pensar en la carne.
Para beber apetecía cava y hemos pedido un Juve Camps Reserva un cava que me encanta y que me parece que marida estupendamente con todo lo que comas. No voy a descubrir nada nuevo de él.
Nos han ofrecido cambiar las copas pero nos gusta beberlo en las de vino.
Ensalada de tomate, ventresca y cebolleta estupenda ración con un buen tomate, con mucha cantidad de ventresca que además está muy jugosa y con un aliño muy bien conseguido. Refrescante plato para dar comienzo a la cena.
El pan, de txapata pero no precisamente reciente, seguro que al mediodía ha estado más crujiente.
Rey con patata panadera estupendo pescado que no había probado nunca a pesar de que nos lo han ofrecido en más de una ocasión. Será por ser uno republicano........
Buen tamaño y el punto estupendo, con un sabor exquisito y muy, pero que muy jugoso. Las patatas más ricas aún y la salsa, casi su propio jugo y poco más estaba para untar pan.
De postre hemos preguntado al amable camarero y nos ha dicho que él pediría Zazpiko zazpi es siete en euskera luego no es otra cosa que una degustación de 7 postres: helado de mandarina, tarta San Marcos, Pan de Calatrava, pastel de manzana, pastel de frutas tropicales, milhoja de chocolate y pantxineta (2 trozos de ésta, por si a alguno le da por contar). Todo ello parece casero y todo está rico, yo me quedo con la pantxineta, sin lugar a dudas.
Regado con un chocolate caliente que le viene bien a casi todo ello. Lo dicho, rico pero a mi no me ha enamorado.
Un cortao bien preparado en la terraza exterior y allí nos traen la cuenta y descubro que, uno parece un pardillo, las cosas fuera de carta........ el Rey está más caro que el besugo, a 65 más iva, cuando en cualquier restaurante del mismo centro de Bilbao, donde los bordan, no pasa de 54e. La culpa es mía y sólo mía, por......