Un “kilómetro 0” en las faldas de Sierra Nevada

Bonito local situado en el pintoresco pueblo de Monachil, en plena subida a Sierra Nevada, cuya filosofía de trabajo es la de productos de “kilómetro 0”, disponiendo incluso de granja propia con certificación ecológica. Es el restaurante donde unos amigos granadinos hacen las reuniones de su grupo de cata, así que montaron una especial durante nuestra estancia por esas tierras. Nos quedamos fuera en la terraza, bonita, tranquila y agradable, aunque comenzábamos la cena con más de 30º, algo inhabitual en la zona.

La cocina se basa tal y como hemos comentado en producto de la zona de la mejor calidad, en especial verduras y carnes, aunque también trabajan con pescados de río y de la cercana costa. Como hay que ajustarse a lo que hay en temporada decidimos ir a por las verduras y a por su famosa carne. Comenzamos con un salmorejo absolutamente delicioso por la calidad del tomate y con un buen acompañamiento de jamón y huevo. Después nos ofrecieron una ensalada de verduras asadas de la huerta de la casa, con pimiento rojo, cebolla, berenjena, ventresca y huevo, todos productos de excepcional calidad. Hay que reseñar que producen su propio aceite de oliva virgen extra y que resulta igualmente soberbio. El revuelto de morcilla de Monachil es igualmente satisfactorio, sin florituras pero de nuevo con un producto sensacional.

Capítulo aparte merece la carne de ternera pajuna, raza autóctona de Sierra Nevada. Chuleta de unos 800 gramos asada al punto y sencillamente genial. Carne tierna y sabrosa, de una delicadeza extrema, de las mejores que hemos comido este año. Acompañada por unos pimientos y unas patatas que no desmerecen nada a la carne. De postre igualmente creaciones caseras como el flan de naranja o el melón macerado que gustaron mucho igualmente. Como vemos, una cocina sencilla respetando al máximo la calidad del producto local.

En vino están un poco más limitados con una carta algo escasa en referencias de las zonas más conocidas y basados en vinos tintos, con un apartado de vinos locales. Copas discretas. Al ser el lugar habitual donde celebran sus catas nuestros compañeros llevamos nosotros el vino y también las copas, convirtiéndose la cena en un auténtico festín, con vinos del nivel de La Bota de Amontillado Nº26 de Navazos, del finísimo Champagne Larmandier-Bernier Grand Cru de Cramant 2004, del el poderoso y armónico Champagne Egly-Ouriet Millesimé 2002, un brutalmente original Very Old Verdejo 1970 del abuelo de Ismael Gozalo, de un elegante Marqués de Riscal Reserva 1954, de un joven y directo Barolo Villero 2008 de Oddero, de un potente Brewer-Clifton Ampelos Pinot Noir 2009 o de un deliciosamente elegante Fritz Haag Juffer Sonnenuhr Riesling Auslese GK 1994, que convirtieron una cálida noche de verano granadina en un auténtico homenaje al Dios Baco.

Como conclusión final, debemos recomendar y recomendamos esta casa situada en la sierra granadina por su agradable puesta en escena, por la simpatía de su personal y el buen servicio, por la calidad de producto que manejan y lo bien que lo preparan, de hecho es el único restaurante de la provincia que la Guía Michelín ha catalogado como “Bib Gourmand”, categoría de mesas destacables por los 30-35€. Muy buena cena y con especial recuerdo de esa excelente carne.