El discreto encanto de la burguesía

Ahhhh este tipo de restaurantes tienen su punto, su segmento y, por supuesto, su clientela: aquella que busca producto de mercado de calidad, buen servicio y riesgo 0, elaboraciones clásicas y sabores que responden a lo que te ponen en el plato.
Estuve cenando ayer con un grupo grande y menú cerrado.
Sillas de anea de toda la vida, no muy cómodas, menaje correcto y copas muy corrientes, desconozco si tienen de más categoría.
Compartimos entrantes y todo estaba bueno: las anchoas, el jamón, la escalibada, la ensalada, croquetas de jamón y pollo, almejas marinera y salchichón con butifarra blanca. Quizás lo más flojo el pan con tomate muy jasco.
De segundos a elegir un rape espléndido, mi elección, y una carne con salsa de vino que tenía buen aspecto.
Un pastelito de yema y trufa, cómo no, de postre.
Imaginar el vino que acompañó la cena, no lo pongo a ver si alguien acierta.
Servicio del que no queda, hombres mayores de chaquetilla blanca y pajarita negra, cercanos y profesionales a tope, listón muy alto.
Comedor circundado pro grandes cristaleras que dan a un jardín en 2 partes, motivos marineros en forma de cuadros y lámparas. Lo más curioso es la entrada: por el párking.
En fin, cené bien en un restaurante "de toda la vida", me extraña que todavía no tuviera ninguna crítica en el foro, algún día volveré a por la carta; tiene fama de tener los mejores proveedores de pescado de la ciudad. Aquí ni diseño ni cocina fusión ni historias, producto y punto.
No sé lo que costó.
No puntúo el servicio del vino porque no vi la carta, si hubiera sido por el tipo de copas que pusieron lo hubiera calificado de flojo.