En este pueblo del Perigord dónde difícilmente hubiera llegado sin Michekin, se encuentra esta joya: Etincelles. A unas cinco horas y media de Girona. Es más que un restaurante: es un modelo de vida de la familia Lucas. Se trata de una propuesta artística, meditada pero también instintiva de Vicent Lucas un cocinero brillante que estoy seguro que sufre mucho buscando la perfección.
Este estrella Michelin sorprende des de la entrada. Ubicado en un bella casa perigordiana (tiene habitaciones de hotel llamadas La Gentilhommière).
La fantasía de los platos conjuga a la perfección con la tradición de una de las regiones de gastronomía reputada. Pero si algún aspecto destaca por encima de todos los restaurantes que he conocido es la excelsitud del producto. Cuando se habla de producto muchas veces se ensalza porque desconocemos que existe uno mejor. No es el caso. Creo que aquí se llega a la pureza absoluta del átomo. En Etincelles recuperé sabores que creía magnificados por viejos recuerdos de la infancia.
Un servidor creía que el magret era un plato superado, el cabécou un queso sobrevalorado y el ratatouille una samfaina sin más... Vicent Lucas me emocionó tanto como el ratoncito a Anton Ego. A destacar el plato de esturión dorado, con zanahoria con gusto a tierra, fondue de tomates con Mongos et olives violettes aux cacahuètes. El cabécou du Perigord sur une ratatouille, Confiture d'églantine. En definitiva todos los platos (adjunto imagen con el menú). Anne Lucas nos recomendó el Château les Marières, un buen Bergerac Sec que redondeó la memorable experiencia en Etincelles.
No tiene carta. Como buen artista Vicent ofrece un menú diario dependiendo del producto, del día y de la noche, o de si es martes o domingo.
Menú único « decouverte » de 46 a 81 euros, solamente noches y domingos al mediodía (65 euros), y una cocina más simple « côté bistrot gastro » Menú único de 30 a 46 euros, solamente al mediodía del 15 junio al 15 de septiembre
Merci Anne, Vicent et Rafael.