Restaurante Els Sentits Braseria  en Vilanova i la Geltru
Restaurante Els Sentits Braseria
País:
España
Provincia:
Cód. Postal:

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Añadir vino por copa

Precio desde:
30,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
30 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.5
Comida COMIDA
8.5
Precio medio entorno ENTORNO
5.0
RCP CALIDAD-PRECIO
10.0
Opiniones de Els Sentits Braseria
OPINIONES
1

En las calles del centro de la ciudad de Vilanova i la Geltru se esconde una pequeña joya, que se esfuerza en ofrecer una oferta original a buen precio. Lástima que esté situado en una población de un conservadurismo culinario realmente demoledor, que frustra, de forma sistemática, todas las propuestas renovadoras. Me temo que la apuesta es por repetir, ad nauseam, las recetas marineras reinventadas en los años setenta y ochenta del siglo pasado. Es por eso que hay que resaltar estas opciones valientes y arriesgadas, para que esta villa no se convierta en una tumba para la cocina renovadora.
La carta, no demasiado larga, contiene varios puntos de interés. Igualmente, la selección de vinos, aunque corta, está llena de aciertos a buen precio, delatando un trabajo minucioso y ejemplar. En primer lugar nos sirvieron como aperitivo unos boquerones con mojo, sabrosísimos. Como entradas escogimos unas croquetas de jamón ibérico y otras de gírgolas, cremosas y bien elaboradas que, de buen seguro, pasarían una inspección de Alberto Chicote. Siguieron unas esplendidas alcachofas con foie, servidas como si fueran una conserva. Nos parecieron deliciosas, sabrosas y delicadas a un tiempo, un plato digno del mejor de los restaurantes.
Siguieron, como principal, dos hamburguesas, la de buey de Nebraska y la Hereford, en su punto perfecto de cocción, servidos con su salsa aparte para dejar que el comensal escogiera la cantidad y no ahogar el sabor de la carne. Unas patatas bravas, muy bien hechas, acompañaban al plato.
Como postre unas macatanias (bolas de cacao con almendras), caseras y deliciosas, y un brownie esponjoso y no demasiado dulce, finalizaron esa magnífica cena, dejándonos plenamente satisfechos. La cordial atención de Míguel Ángel, dueño y chef, es digna de tener toda la suerte que le deseamos a este pequeño y espléndido restaurante. Lo dicho, una joya escondida para descubrir.

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