Le Chantier es un restaurante básicamente de pescado y marisco, con muy poca manipulación. Situado enfrente del puerto de Trinité sur mer, nos ofrece unas vistas impagables sobre el y la puesta de sol. Se puede comer en el interior o en la terraza, en la que parece que tengas los pies dentro del agua, pues cuando sube la marea, se queda apenas a un palmo..
Fuimos recomendados por la gente del Lodge que estabamos hospedados. Buen acogimiento por parte del personal y terraza bien montada con buena separación de mesas. Coperío, vajilla y manteleria correctos.
Vinimos a los que vinimos, a comer un bogabante bretón. Escogimos una pieza que hacia unos dos kilos. Nos la hicieron braseada, sin darle la vuelta, asi que los jugos quedaran dentro el caparazón. Excelente. Llevaba de guarnición una patatitas "ratée" con aceite de cebollino.
De entrantes tomamos unos "boulons", parecidos a lo que llamamos aqui "cargols de punxa", con una vinagreta de mostaza. Jugosos y carnosos.
No tomamos postre. Y de beben nos pedimos un Chablis 1er Cru de un pèqueño productor que no recuerdo el nombre. A 38 €. Cumplio excelentemente con su función.
Café muy bueno.