He estado el sábado pasado en el restaurante del Hotel Pessets que viene reseñado en un famoso libro de restaurantes de Catalunya porque parecía un buen sitio para comer. Elegimos un menú de 22 euros y al elegir los platos me decanté por un segundo en el que había que pagar un suplemento de 5 euros y pico que junto con el precio del menú+IVA y con las bebidas aparte fueron al final unos 30 euros por persona. Primero nos sirvieron un pica pica con dos o tres trocitos de embutido de la zona y un allioli, que aunque en el libro lo califica de suave, realmente era demasiado suave, pero los trocitos de embutidos eran bastante buenos. En cuanto a los primeros yo pedí ensalada de salmón con vinagreta de habitas, muy melosa, buena, bien aliñada y correctísima. Mi acompañante pidió pulpo con parmentier de patata y le pusieron una cantidad bastante escasa de ambas cosas, no creo que se pueda considerar una ración correcta para una persona adulta si vas a tomar dos platos y postre.

Y mi desencanto apareció cuando me sirvieron el rodaballo a la plancha, por el que pagué el suplemento, porque era un cuarto de rodaballo y de una pieza no muy grande. Suerte que yo suelo comer poquito porque no quiero ni pensar el hambre que pasaran las personas acostumbradas a comer normal. Era francamente ridículo, salieron dos trocitos limpios de pescado. Mi acompañante pidió filete envuelto en pasta filo y aunque no era una ración supergenerosa, era algo mayor que la mía, aunque en conjunto con el pulpo y ese trocito de carne tampoco era para irse lleno a casa. Los postres fueron también escasos pero bastante buenos. Pedimos dos bizcochos borrachos con helado de higos y nos gustó mucho el sabor del helado, estaba bastante logrado. El hotel se veía cuidado y la sala del restaurante es luminosa y agradable, aunque el trato del servicio fue completamente frío y distante. Si alguien ha comido a la carta tal vez pueda indicarnos si se come mejor, para mi la opción menú de este lugar no tiene una relación precio-calidad aceptable.