Nueva visita a este restaurante de localización privilegiada. Posiblemente la ley de costas en el 2018 les va a obligar a trasladarse..o cerrar, será una pérdida de encanto del enclave en lugar de una ganancia. Local de producto fresco, de piezas de la zona o de fuera pero dandole importancia al género y a su sabor. Espectacular mostrador a la entrada con las piezas de pescado y marisco. Vistas espectaculares de la playa y el mar. Pedimos una ración de almejas a la parrilla, simplemente divinas, tamaño enorme casi como una cuchara de sopa pero perfectas de textura, sabor a la parrilla con un caldo de la propia almeja, muy rico que potencia el sabor. También tomamos unas anchoas frescas a la brasa (3 por cabeza). Una pescadilla entera, exquisita, a la parrilla. Un botella de Roda I (carta de vinos con mucho Rioja y quizás con pocas apuestas nuevas). Postre de panchineta con 2 Txakolís dulces diferentes para probar ambos y cafes. Servicio entrañable, familiar, cercano. 140 euros dos personas

El local, está situado en plena playa, de ahí su nombre y al parecer está en serio peligro a raíz de la actual Ley de Costas. Creo que ya están en trámites para abrirlo en una ubicación cercana. Ahora que los he conocido, ya me gustaría que no dejasen el negocio, aquí trabajan bien, pero que muy bien.
Venía con la intención de comer un buen pescado. Nada más llegar y ver las brasas preparadas en la cocina, mis sensaciones comienzas a ser estupendas. Nos ubican en una mesa junto a los grandes ventanales que dan directamente al mar. Desde luego que comer en un sitio así tiene ya un plus de satisfacción.
Buen comedor, muy bien vestido, con mesas de estupendo tamaño. Nos recibe la amatxu que es la que nos recomiendo en primer lugar el pescado para después añadir algún “suplemento” si fuese necesario. Tienen un poco de todo y muy atractivo pero en cuanto me ha hablado del Besugo y además como mi compi de hoy no es precisamente una tripera y dado que es un pez de tamaño dos raciones (kilo y algo ha pesado), pues a por ello que nos vamos.
Dos txapatas de pan que por cierto no tienen costo adicional, cosa muy de agradecer, aunque hoy no van a ser demasiado necesarias por la cena elegida.
Para comenzar nos zampamos una docena de langostinos pero no de unos langostinos cualquiera, no. Menudas piezas y menuda manera de trabajarlas. A la plancha. Ricos, muy ricos. Mi compi de mesa es una apasionada de ellos. Disfrute total.
Nos han presentado el besugo antes de prepararlo. Es un besugo traído de Tarifa, un besugo voraz de La Pinta. Es besugo y además es “bonito”.
Preparado en las brasas, con un riego de aceite, unos ajos bien tostaditos y ese toque de guindilla que lo hace mucho más apetecible aún. Qué manera de soltarse la carne, que facilidad, que suavidad, que sabor, que maravilla. Desde luego que, aunque he comido muchos pescados y los he comido muy bien preparados, este está, sin duda alguna, en uno de los lugares privilegiados en el ranking. Simplemente genial.
La carta de vinos del local es bastante amplia y desde luego que el asunto de los blancos tiene preferencia. Con estos pescados y estos mariscos un buen vino blanco es la compañía ideal.
Hoy nos decantamos por un Albariño Fillaboa Selección Finca Monte Alto 2012.
Sabe a albariño. Color intenso y brillante. En nariz ya destaca esa fruta madura. En boca se muestra serio. A medida que coge aire y temperatura, me va gustando más aún. Creo que es un vino que dentro de un par de años tendrá muchas cosas que decir. Espero tener la ocasión de probarlo.
Algo dulce habrá que tomar. Mi compi decide tomarse un sorbete de limón y yo, al escuchar eso de arroz con leche y además casero, no puedo evitar (ni quiero) la tentación y desde luego que precisamente arrepentirme no hago. Está en su punto exacto. Sin ser seco y caldoso. Dulce pero nada empalagoso. El arroz suelto. Un riquísimo arroz con leche que ha supuesto un punto final estupendo de la señora cena que nos hemos “kaskao”.
Para acompañar al postre nos han obsequiado con una copia de un moscato de Ochoa que está como para beberse un par de botellas. Golosónnnnnnnnn.
Tremenda calidad de los productos y tremenda la manera de prepararlos. ¿Caro? ¿Barato? He pagado, he disfrutado y he salido con la intención de volver, luego allá cada cual con sus ideas.
Para ver las fotos: http://gastiondo.blogspot.com.es/

Restaurante enclavado en Gorliz, justo en la playa, prácticamente delante del Hospital, un enclave precioso, desde las mesas magnifica panorámica de toda la salida de la ría de Plentzia y de la pequeña bahía que se forma. El enclave es privilegiado. Barra muy pequeña al entrar, da paso a un amplio comedor, que al entrar ya ves las típicas parrillas con brasas para pescado y carne con su típico olor.
Pedí una ensalada de bonito natural, la ración es como para dos personas o tres. Me aconsejaron comer pescado pues es su "fuerte" y me decidí por Merluza a la brasa, me sacaron las merluzas para que eligiera trozo y al salir, el aspecto era realmente espectacular, pero tb como para comer dos personas. Hacía tiempo (años) que no me comía una merluza así. Regué la comida con un Roda I 2004 y un café. Trato agradable de la ¿dueña? o jefa de sala, que viendo que se había pasado con el tamaño de las raciones me puso en unos "taper" lo que me sobró, aunque me ofreció no cobrarmelo...pero..preferí llevarmelo que estaba muy bueno.
Comida algo cara, pero de un producto de primera calidad, las botella de vino tb marcó el precio final
15 la ensalada, 30 euros la merluza, 36 la botella+cafe+etc, Total 83 euros