Roblemar. Un peligro para la salud. Desidia y mala voluntad.
En el mes de Agosto hicimos una cena de amigos. Advertimos de una
alergia a los guisantes por parte de un comensal. Preguntamos en concreto
si un plato particular de pescado llevaba guisantes. Se nos dijo que no. Al
ir comiendo el afectado comenzó a sentir los efectos de los guisantes. Se
llamó y se inquirió si había guisantes, recalcando la cuestión de la
alergia. De no muy buen grado se nos dijo que no.
El interesado se dirigió con el camarero a la cocina. El camarero dijo que
un cliente querìa saber si el plato llevaba guisantes. El cocinero, dijo
"Bueno, tú díle que no, que no lleva guisantes. Y ya está."
A toda pastilla hubo que evacuar al hospìtal al afectado. El jefe de Sala,
comentó a la mesa que, al fin y al cabo, los guisantes no estaban en el
pescado, sino en la guarnición; o sea, que habían dicho la verdad.
Se volvió unos días después a solicitar la hoja de reclamaciones y se
negaron a darla.
Ese es el nivel de Roblemar. Si tiene un problema, se juega la vida.