Situado en la ruta 7 rodeado de viñas al lado de los Andes, espectacular. Dos ambientes: uno interior y otro en el exterior todo acristalado y perfectamente climatizado, donde elegimos.
Mesas perfectamente vestidas, con buena cristaleria y vajilla. Atención profesional pero algo fria.
Únicamente trabajan con un menú degustación maridado con los vinos de la bodega (245 pesos):
- Sopa de choclo (maíz), ají, queso y crotones de pan (Correcto sin más)con Ruca Malen Chardonnay.
- Pastel de camote y carne molida con salsa roja (no se lo que era pero estaba muy bueno) con Yauquén Carnet Sauvignon 2010.
- Croqueta de berenjenas asadas, aceitunas y salsa chimichurri (muy buena) con Ruca Malen Syrah.
- Lomo al punto con verduras (carne espectacular, tierna y jugosa) con Ruca Malen Malbec y Kinien Carbernet Sauvignon 2007.
- Granizado de naranjas (regular).
- Panacota de chocolate blanco y especias (bien) con Ruca Malen Brut.
- Cafés y Petit Fours.

Abundante comida con base argentina y toques creativos. Bien maridada (salvo el espumoso en el postre), aunque ningún vino enamoró especialmente.
Destinada al turismo extranjero en Argentina pero repetiriamos.