La cocina se basa en el aceite de oliva, embutidos, ensaladas..., bastantes toques mediterráneos.

Se encuentra al lado de un hotel muy cerca de la plaza principal de la ciudad.

Local bastante nuevo, con bonita decoración centrada en motivos agrícolas (aceitunas, almazara, arados...), buena separación entre mesas.

Copas y menaje suficiente, sin mantelería.

Degustación de aceites de Mendoza (todas las variedades españolas o italianas muy bien explicadas por la propietaria), con buen surtido de panes acompañados de aceitunas, una ensalada simplona, unas patatas al horno con romero muy buenas y una tabla de embutidos y quesos abundante pero sin destacar ninguno.

Carta de vinos cortísima (2 bodegas y unos cuatro vinos por bodega), los más básicos y bien de precio. Optamos por un blanco: pinot grigio de Santa Julia (35 pesos unos 6 euros).

Resultó muy barato. A mejorar que la carta sea algo más amplia aunque es un alivio entre tanta parrilla argentina...