Restaurante Ciro en Valencia
Restaurante Ciro
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:

Añadir vino por copa

Precio desde:
14,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Lunes, domingo noche
Nota de cata PRECIO MEDIO:
28 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.1
Comida COMIDA
7.9
Precio medio entorno ENTORNO
5.8
RCP CALIDAD-PRECIO
8.3
Escabeche de rebollones y alcachofas y huevo
Postres
Arroz con boquerones y acelgas
Salmonetes rebozados
Ceviche de gambas
Coca con guacamole
Pan de calatrava.
Trinxat
Salmón
Bacalao con sofrito de coliflor y piñones
Salmón con holandesa de limón
Alcachofas con yema de nhu
Selección de postres
Ensalada de mojama, tomate y habas
Carrillada
Matrimonios
Tibio de gambas con ajos tiernos.
Opiniones de Ciro
OPINIONES
45

Siempre he leído con atención todo cuanto se escribe sobre Ciro en este portal. Me parece que ello viene motivado por qué creo recordar que fue el admirado Miquel Ruiz quien primero me habló del mismo y de su cocinero. No sé cuánto de ello es real o cuánto imaginado por mí, pero creo que estoy en lo cierto. Los discípulos de Miquel suelen hacerlo bien, al menos aquí en mi comarca, e intento seguirles el rastro dadas las dificultades sobradamente conocidas que entraña reservar mesa en el Baret de Miquel Ruiz.

Comida con viejos amigos que fijaron su residencia en el barri de Campanar y, al tener que ir con su bebé de corta edad, decidimos quedarnos cerca de casa. Era la ocasión perfecta para visitar Ciro. Local bonito en su interior con la combinación entre elementos estructurales rústicos con mobiliario de corte moderno como rasgo más descriptivo del mismo. Nos acomodaron cerca de la entrada, con lo cual no pude ver el resto de la sala. Local lleno, creo que completo, y ambiente distendido y de disfrute que se palpa nada más cruzar la puerta. Tal vez también contribuye a ello el ambiente festivo de la Navidad que aún estamos celebrando.

Nos decantamos por el menú de diecinueve euros que incluye tres entrantes, un segundo a elegir y una selección de postres. Ese día nos presentaron:

- Buñuelos de bacalao: Muy sabrosos. La singularidad vienen dada por la cobertura exterior, de color negruzco, conseguida a base de tinta de calamar (digo yo).

- Cous cous con gamba al ajillo: La base es una especie de tabulé sobre la que se presentan las gambas en forma de carpaccio. Plato rico y refrescante, a modo de ensalada, pero no encontré la similitud con la famosa tapa.

- Ortiguillas: Entrante que no incluía el menú y que pedimos “extra”: seis unidades por ocho euros. Calibre mediano, acertado el rebozado y correcto el punto de fritura. Bien.

- Empanadilla de carrillera: Vistosa la presentación con un remate de cebolla morada en juliana y hierbas picadas. Jugoso el condumio, pero tal vez demasiada fritura, en parte por culpa nuestra al haber pedido las ortiguillas.

- Huevo escalfado con caldo de jamón y migas: El mejor plato. Sí, ya sabemos que lo del huevo está sobreexplotado, pero, oye ¿si está rico? El caldo de concentración destacable pero sin exceso de salinidad. El huevo en su punto exacto y las migas como complemento crujiente perfecto para degustar un gran palto sin necesidad de rebañar pan.

- Arroz de conejo y alcachofas: Caldoso, servido en cazuela de hierro colado. Ración abundante (era para dos y podíamos haber comido los tres). Generosidad en los tropezones vegetales y los de conejo. Buen punto en el grano. Sólo un defecto para mi gusto: exceso de romero que quitaba protagonismo a un buen fondo. La tercera comensal se pidió un bacalao que tenía muy buena pinta y que comento que estaba bien rico.

- Postres: Crema de mango y yogur; crema catalana; chocolates: Tres minipostres para cada uno de los comensales servidos en pequeños cuencos de acero y cristal que configuran una bonita composición. Gustó mucho el primero con un juego interesante entre la mouse de mango que presentaba un acertado dulzor y la acidez de la crema de yogur. La crema catalana estaba conseguida y en el postre de chocolate se mezclaban varios cacaos de diferente intensidad y pureza (eso nos pareció) que generaron mayor o menor aprobación.

Bebimos cerveza para empezar (Turia, Galiana de trigo), varios refrescos, agua, una copa de vino tinto y una de Moscatel de Enrique Mendoza. También cafés. No ojeé la carta de vinos y, por tanto, no puntuaré el servicio del mismo. Vista la oferta de vinos para el postre y de cervezas artesanas, se intuye que la carta reúne las referencias suficientes para un local de su categoría.

Servicio muy eficiente y simpático. Llegamos pasadas las 15.20 h. y nos sirvieron con diligencia, sin atosigar y siempre de buenas formas, atendiendo y dando solución a las demandas que exige el ir con un bebé de ocho meses. Muy bien.

Hace ya años que acudimos a Ciro y, la verdad, nos dejó muy fríos, no acabamos de ver la grandiosidad que todo el mundo ponderaba, pero asumimos que somos raros y que a veces vamos a contracorriente.
Empujado casi a punta de pistola por un amigo al escuchar que Ciro no me había enamorado y no había vuelto desde entonces (aún estaba en el antiguo local), fuimos a comer y, desde entonces, llevo ya como cuatro visitas así que, perdón por el spoil, pero esta historia va a acabar bien.

El local me gusta por dentro, el tema de la fachada aún no acabo de comprender en qué momento se les ocurrió lo de pintar con ese naranja sobre el negro, pero como las mesas están dentro, me centro y digo que me gusta, me gusta mucho la decoración del "nuevo" Ciro.

Contaré el último menú de mediodía, el de 19€ (4 Tapas + Plato Principal + Tres Postres), ya que al haber estado en varias ocasiones el de 16€ se me hacía algo corto.

Empezamos con unas cocas de maíz, cebolla morada y un guacamole bastante rico. Le falta un punto de picante (¡pero a qué no!). Lo mejor la coca en sí, con un intenso sabor a maíz.

Ceviche de gambas, platazo donde los haiga. Vaya punto de maceración de las gambas que quedan perfectamente tersas y potentes y sabor.

Salmonetes rebozados, muy buenos, sin más. Buen calibre, sin excesos de aceite y un sabor intenso del pescado.

Escabeche de rebollones, alcachofas y huevo a baja temperatura. Este plato es para coger una barra de pan y dejarlo en loza viva.

De plato principal escogimos arroz, uno de boquerones, calamares y acelgas, correcto pero creo que dominan más el pescado o las carnes que el arroz, así que si vuelvo iré de cabeza a por otra cosa.

De todos modos donde Julio Colomer se hace grande es en la tapas, en esas pequeñas creaciones que se hacen siempre pequeñas, no por su tamaño, sino por la dichosa relatividad de lo que te apetecería comer en mayor cantidad por su gran calidad (lo siento, el profe de Física me sale de vez en cuando).

Tres postres: una crema catalana, un pequeña cuajada de chocolate y almendras y un flan de piña con una espuma de coco. Para mi gusto demasiados dulces, pero entiendo que a la gente le encanta el postre y lo valora mucho. De los tres solo acabé con el pequeño flan de piña, que era ligero y se comía en dos bocados, el resto los dejé, pero es un problema personal con el dulce que no me acaba de entusiasmar.

La carta de vinos es correcta, con una selección de vinos por copas bastante escasa, algo que no entiendo porque imagino que en el menú de mediodía se tirará mucho de vino por copas.

El servicio es atento, sin excesos de cercanía, algo aséptico pero yo no pido nada más, así que por mi parte, un muy buen personal en sala.

Y seguiremos volviendo.

  • Postres

    Postres

  • Arroz con boquerones y acelgas

    Arroz con boquerones y acelgas

  • Salmonetes rebozados

    Salmonetes rebozados

  • Ceviche de gambas

    Ceviche de gambas

  • Coca con guacamole

    Coca con guacamole

Con la excusa de su nueva ubicación y siguiendo consejos de amigos fui a visitarlo un día de entresemana, a comer, un menú degustación que me gustó tanto que al fin de semana siguiente regresé con mi familia a cenar.

El local es muy guapo, decoración "neo-rústica" como ellos dicen con salero en su web.

Y la cocina, pues muy resultona, fresca, de base mediterránea permeable a influencias étnicas de actualidad.

Buena tabla de quesos para finalizar.

Bien el tema vinos, manzanilla pasada de aperitivo, champagnes asequibles y oloroso con los quesos.

Servicio atento e implicado.

Volveré.

Martes por la noche , mesa para dos , y buena predisposición dado que yo ya había estado cenando meses atrás en el anterior local y me encantó el menú.
Solo voy a declarar impresiones personales, porque creo que es lo mas divertido.
Entramos al local , ocupación del 80% , para ser martes no está mal.Local nuevo pero sin magia , la zona del fondo claustrofóbica , pese a ser una simulación de terraza donde lo único refrescante es un jardín vertical que tienen en la pared.La sonoridad del local , pésima , es lo que pasa cuando tienes mesas de muchas personas y tu local no está debidamente insonorizado.
Empezamos la cena , no hay menú degustación porque es martes , así que menú de tapas , pero ... donde quedó lo de comer tapas distintas según el mercado del día , lo de la magia de hacer de cada tapa algo especial con producto fresco ... todo se ha perdido , este sitio se ha convertido en un bar de tapas , de cocina fácil, para todos los públicos y sin riesgos.Es posible que facturen mas , pero yo no volveré.
En cuanto a las tapas , ha excepción de las piruletas de langostino , el resto sin pena ni gloria ... hablamos de patatas trufadas , carpacho de pulpo , fritura de salmonetes , los típicos buñuelos de bacalao , el postre sin comentarios , simple. En cuanto al servicio de sala , pues suspenso , esencialmente por dos motivos , el primero porque cuando preguntas por un producto que tiene un plato, ya es grave que no lo sepas , pero muy grave cuando ni te dignas a consultarlo al cocinero , el segundo es , si vas a cerrar la cocina deberías avisarlo antes , y no esperar a que el comensal se entere cuando te va a pedir un plato.
Lo dicho, menos mal que el Vips de Gran Vía estaba abierto y pudimos acabar de cenar.

Desde el martes pasado que abrió sus puertas tras una reforme en profundidad del local. Una decoración moderna, con mobiliario con predominio de la madera, incluye colgador de bolsos en la pata de la mesa, luminoso, con una terraza interior que es una golosinas; mesas algo cercanas, muchas de 2 comensales; local lleno con gente de diferentes edades y que parecen de la zona (desde luego no de tarjeta de empresa). Buenas copas, manteles individuales; ritmo de servicio correcto. Tiene un altillo para futuro quedándose de momento de almacén.

Buena carta de vinos con bastantes opciones modernas (oí un comentario de que no conocía ninguno de los vinos, aunque tampoco es eso). Los vinos baratos están caros y los de más nivel a mejor precio.

Cortesía de la casa unos cacaos tipo barra de bar; buen pan corriente, de barra, loncheado
Menús de comidas con 13-15-17-23€. Los 4 primeros con un principal a elegir entre 2 arroces (de pato y setas o de pulpo y sepia) excepto el de 23€ que no tiene opción de arroz, otras posibilidades son entrecotte o merluza; 3 mini postres, variando el número y tipo de entrantes. Las bebidas todas aparte. Los arroces deben ser iguales para dos personas ya que se sirven en cazuela a la mesa.

Decidido al de 17€ que incluía como tapas:
. cebolla torrada, capellán y pulpo seco: muchos sabores intensos, sobre todo la cebolla que se agradecería buscar la más dulce
. patata trufada: en consistencia entre picada y puré, agradable trufada y sobrada de perejil
. cococha de bacalao, coliflor y coco: complicado pero bien resuelto, el coco "casi" se apodera del sabor pero se queda ahí
. cigala, panceta y su crema de lentejas: el mejor, sobre la base del cremoso de lentejas un par de cigalitas perfectas de punto apoyadas sobre un rectángulo de panceta hecho en plancha sin quemar.
El principal:
. arroz con setas y pato: el magret loncheado y marcado queda apoyado sobre un arroz con buen fondo de verduras, bastante presencia de boletus; buena ración, poderoso de sabor, algún granito de sal gorda de exceso (que faltó en el de pulpo y sepia de los vecinos que pidieron salero).
Postres: un plato con 3 minis que parece que irán variando manteniendo la estructura de:
. fruta: sorbete de piña con espuma de coco, bien logrado y separa la parte de comida salada de la dulce
. cremoso: natillas cremosas sobre un helado de Baileys
. chocolate: un bombón que en realidad se trata de un pequeño charquito de chocolate fundido, difícil de comer y se queda más en el plato que en la cuchara.

Para beber una de Pasión de Bobal crianza 2012 de 3/8. También una copa de Finca Renegado por cortesía de un comensal conocido.
Sin café ni chupitos ni complementos.

Llevo años visitando este lugar al menos cada cuatro meses. Y ya no volveré. Dado el mal servicio de sus camareras.
La comida como siempre muy buena en presentación, calidad y contrastes de sabores. Pero ni una sonrisa por parte de las personas que sirven, muchísimo retraso al servir, incluso al recibirte al entrar. NI siquiera presentaban los platos como hasta la fecha venían haciéndolo.
El local es pequeño. han querido poner demasiadas mesas y es muy dificil tener conversaciones con tus comensales sin oír al resto. Y si además tardas dos horas en acabar de comer....... se te hace eterna la velada....... incluso los platos sorprendentes del cocinero no puedes valorarlos.
En definitiva, se nota que ya no está allí una chica que se encargaba de las mesas y de los vinos.

Acudimos a cenar siguiendo el consejo de un amigo de Verema ( un saludo Chini).
Comida y atención correcta. Relación calidad precio buena.
Carta de vinos corta pero original y ajustada de precio.
No hay carta y nos indican que el menú degustación solo lo sirven las noches de los fines de semana.
Nos dejamos aconsejar y el conjunto de la cena es positivo.
Buenas tapas, unas mejor resueltas que otras pero en lineas generales un sitio para volver.
A mejorar el entorno. Es un bareto normal y corriente y a lo largo de la cena saltan los plomos en dos ocasiones quedándonos a oscuras.

Esa es mi sensación, fui hasta este restaurnante, motivado por los comentarios de otros foreros, reconozco que he pasado decenas de veces por la puerta, pero jamás me ha motivado entrar, ni por su aspecto, ni por la ubicación, pero a la vista de los comentarios, esta vez sí lo hice y fui allí con mi chica, dispuesto a deleitar esos plato que tantas otras veces han descrito al detalle otros.
Llegamos a las 21:00, pero hasta las 21:37 no nos llego el primer plato del menú de degustación nocturno (22€), un carpaccio de secreto, evidentemente ya debía estar hecho, a los 15' de habernos sentado comenzó a llegar mucha gente, y al mismo tiempo, los fusibles saltaron, así hasta cuatro veces mientras estabamos cenando, el aire acondicionado y las camaras frigorificas no soportaban el conjunto en común.
Todos los platos que siguieron fueron tan pausados entre unos y otros que daba tiempo para salir a fumar y volver a entrar, para mí la "continuidad" entre plato y plato debe ser sagrada, los tiempos muertos no deben existir, y más cuando todo lo tienes "preparado", reconozco que todo estaba bueno, en especial el ravioli de rabo de toro, exquisito, así como una especie de brandada de bacalao, muy parecida a la que ofrecen en Delicat, el remate de los postres, con tres tipos distintos, una especie de gominola, unas natillas especiales y una tosta con lágrimas de chocolate fundido con aceite y sal, es la parte dulce, la comida es buena, bastante buena, pero el resto, es insuficiente, esa es la parte agria.
Dos personas, llegando las primeras, a las 21:00 y abandonado el local dos horas y media después, sin tomar cafe ni infusiones, es excesivo.
Mesas muy juntas, servilletas de papel, ningún cambio de cubertería, pese a tomar distintos platos de texturas muy diferentes, el servicio de vino, se dedicó a dejar la botella en la mesa, eso sí, a una temperatura adecuada, la persona de sala, muy atenta a las demandas, pero insuficiente para la cantidad de comensales, aunque se viera reforzada por otras dos personas, no se puede aceptar tantas reservas, si no vas a poder servir a todos con una cierta diligencia, es un consejo, en este caso, se cumple aquello de...menos, es más!!!
Saludos

visita a este buen rest.y reconocido por los foreros.mediodia a por
el menu que toca.un copon de vino t.lopez de haro crianza.bombon de
foie fresco y manzana servido en una cucharilla,bueno.entrantes:una
tosta de allioli con miel(iba a salir corriendo,me acordaba cuando
jugabamos a los dados y cuando uno perdia tenia que tomar lo que los
otros pidieran:boquerones con mistela,anchoas con leche condensada
y putaditas semejantes)lo pense bien y dije voy a probarlo,no estaba
vomitivo se podia comer,raro.pulpo con espuma de patata aceite y
pimenton,ya lo he probado en otros sitios y me gusta.habia otro
entrante mas pero no me acuerdo.plato fuerte:arroz con col y secreto
iberico.presentacionel plato de arroz iba cubierto totalmente con
el secreto crudo en forma de carpaccio.el arroz estaba muy bueno
pero el carpaccio no le aportaba nada y yo les comente que probaran
ponerlo en crujiente.yo lo aparte y no lo tome.final los tres
postrecitos,pan de calatrava,bueno,air-bag relleno de choc.bueno
y una espuma con un relleno de freson en plan trampantojo.seguiremos
yendo.yo creo que la creatividad la demuestra mas en el menu de
noche.buen servicio.17e el menu y 3e el copon.

Este es uno de esos restaurantes que si tuviera otro local quizas mas amplio, manteles de hilo, y unas mesas algo mas grandes ...los inspectores de las guias de neumaticos estarian al acecho.

Simplemente genial combinacion de producto y tecnica ....

Fuimos un martes noche y para empezar nos sacaron un atun aderezado con sus huevas en salazon ( una delicia)

Seguimos con una caballa en escabeche sobre un lecho de tomate ( sencillo pero espectacular)

Luego tomamos un huevo trufado con pure de alcachofa muy rico tambien.

Seguimos con un mar y montaña Bacalao con manitas y garbanzos ... MMMMmmmm todavia relamiendonos.

Terminamos con un lomo de buey con remolacha y frutos rojos ... tambien fantastico.

Para finalizar los postres .... a mi modo de ver lo mas "flojo" Unos vasitos con espumas y pan de calatrava..

Vino blanco . Hechamos en falta una cubitera pero se entiende que no hay sitio para mas.

En definitiva un sitio que la calidad de producto y la tecnica , conjugan perfectamente al unísono para hacernos disfrutar.

Trato muy amable... Repetiremos

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