Buena pasta

Visita realizada en mayo del 2011.

Fuimos buscando un lugar especial donde celebrar un evento en pareja. Viendo su página web, su localización, y la glamurosidad con la que venden su cocina de chef ("esta filosofía es para nuestro equipo un compromiso profesional; nos hace vivir la cocina con una constante inquietud: reinventar platos, basados en los productos de la comarca, aportando creatividad y estilo diferentes"... palabras de su web.) Pues fuimos esperando un lugar acorde con la imagen que venden.

Y des del minuto uno, vimos que nos habiamos equivocado con el lugar(eso no quiere decir que la comida este mala, ni mucho menos):

- comedor situado en una antigua hermita, por tanto techos altos y espacioso. Frio, no han conseguido hacer el lugar acogedor. Mibiliario sencillo y no acorde con lo barroco del lugar y alguno de sus muebles, estilos inconexos. Buenas vistas, eso si.

- vajilla de menu del dia. copas muy muy sencillas para un lugar asi, además, únicas, al mirar en la vitrina, no habia otra opción...

- sin nada de musica...lo que hacia el lugar aun mas frio, ya que al hablar habia eco

- sillas muy duras, muy incómodas.

Hasta aqui respecto al espacio.

Cartas....sencillas y mas sencillas...impresas en un folio doblado por la mitad...con times new roman, como un trabajillo del cole. Tampoco original. Escrito a mano hubiera tenido mas encanto. Contenido de los folios: Un menu de 18 euros sin bebida. y en la carta: 4 entrantes ( ensaladas la mayoria) 6 primeros (todo platos de pasta) 4 o 5 segundos de carne, lo tipico de la zona, solomillo, entrecot, etc. Vinos: medio folio con 5 riojas tintos, los mas comerciales, 4 blancos muy tipicos y algunos cavas, ya está, muy muy limitada, ninguna DO a parte de rioja.

Nos decantamos por un entrante, carpaccio de calabacin y parmesano. Primera buena noticia del dia, estaba muy bueno, acompañado con tomate a taquitos y crema de balsamico.

De segundo tomamos un plato de pasta cada uno, raviolis rellenos de trufa blanca. Muy buenos, se notaba mucho la trufa.
Y pasta artesana (creemos que casera) con guindilla y tomate seco, muy buena, sencillo pero bueno.

Nos habiamos animado con la comida y habiamos creado expectativas con el postre, pensamos que seria un buen lugar donde probar un tiramisu autentico (despues de haber asumido que estabamos en un italiano sin saberlo). Y cual fue nuestra sorpresa cuando la camarera nos recitó tres piezas de fruta como si de un menu del dia se tratara...melon, sandia o piña. pim pam. y nos quedamos con las ganas.... Pedimos un te ( no estaba mal) y una grapa (bien)

De beber, enate blanco, QUE NOS TRAJERON YA ABIERTO!!!!en un lugar asi no se pueden hacer estas cosas. Fallo muy grave a nuestro parecer. Desacredio el lugar, aun así, el vino estaba bueno, no nos quejamos porque lo conociamos y no era gato por liebre, pero igualmente eso no se hace.

Salimos por 54 euros mas o menos, entre los dos.

si volvemos, sera a comer un plato de pasta, sin mas. Un buen lugar para comer un plato de pasta, pero no para una ocasion especial.