Ya que las dos anteriores criticas se refieren a la parte de arriba(+rte),yo hablare de la parte baja( a ras de calle)más taberna y con una carta que ellos llaman de medias raciones ,aunque creo que también se puede pedir la de platos más elaborados.No tienen menú del día por lo que opte por un Vitello tonnato(8eur) que ya había tomado en otra ocasión con mejor recuerdo..realmente mal:la carne bastante insulsa,pero la salsa "deplorable" con un sabor y color más parecido a la mostaza que al atún..Despues unas sadinas rellenas "Sarde a Beccafico"(6,7);ya sabemos que no es la temporada de la sardina,pero tampoco la elaboración del plato me ha convencido.3 copas de un blanco Grecanico (3Eur/u) para un total de 23,7euros (el pan no lo han cobrado).Servicio correcto,mesa sobre banco corrido ,mantel individual,...Demasiado caro para lo recibido.

Lo que más nos agradó fué el concepto. Dos plantas, la de abajo más informal. Nosotros estuvimos en la de arriba y tuvimos la suerte de comer al lado de las ventanas, haciéndose la comida más agradable.

Pedimos un menú degustación. Consiste en dos entrantes, una pasta y una carne, por 32,5 euros. Te preguntan qué tipo de pasta quieres, si con codorniz o pescado. Pedimos codorniz, teníamos que pedir los dos lo mismo, por lo que nos decantamos por ésta. Lo que más nos gustó fueron los entrantes, unas berenjenas con tomate muy bien hechas, diferenciando los sabores del plato, y un carpaccio de corvina francamente bueno. La pasta quizá pecaba demasiado de sabor a queso y la carne fueron unas carrillera de ternera bien hechas pero a las que la salsa no acompañaba, demasiado ligera para un plato tan contundente. De postre tiramisú, muy bien, quizá demasiada crema para mi gusto.

La carta de vinos tendrá unas 30-40 referencias, mitad italianas mitad españolas. Al no tener ni idea de vinos italianos nos dejamos aconsejar y tomamos un montepulci, tinto, por 18 euros, y salió bastante bien.

Nos guardamos el restautante para futuras visitas.

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Tiene dos plantas: la de abajo está enfocada a pequeñas raciones, con mesitas para picar, y arriba tiene el restaurante.

Estuvimos cenando en la zona de arriba. La carta no es muy extensa, pero tiene cosas interesantes, (arriba no hay pizzas), cocina del sur de italia, probamos:

Un carpaccio de corvina sobre pan sardo, crema de trufa estivum y chips de alcachofa. Muy bien.

Habas, alcachofas, guisantes con flores de calabacín, y queso stracciatella. Bien.

Dos Pappardelle con codorniz y queso de oveja curado en azafrán, bien, un plato contundente.

Otra pasta con una salsa que llevaba trufa, espectacular.

Raviolini rellenos de pato con corteza crujiente de pato, bien.

De postre tomamos una rica tarta de chocolate y un estupendo tiramisú.

La carta de vinos no es muy extensa, tiene unos cuantos italianos interesantes. Tomamos un Chianti de medio pelo, servido en copas normales. Lo tuvimos que meter en cubitera porque estaba caliente.

El servicio es agradable.