Está ubicado en el centro, detrás de esa joya barroca que es la Catedral de Murcia. Decoración moderna, el conjunto resulta desenfadado e informal. Tan sólo el luminoso exterior desmerece la trama decorativa general. Las mesas sin vestir, únicamente un sencillo salvamantel, están dispuestas con separación suficiente.
Ofrece los mediodías laborales un menú del día por 12€ con dos platos, postre y 1 bebida. Procura incluir un guiso de la tierra en el diario. El menú corto de 20€ que consiste en seis platos (postre incluido) a la elección del cocinero y no incluye bebida. Y el más completo de todos, el menú Keki que ofrece ocho platos por 28€.
La carta es corta, pero equilibrada y con una oferta interesante, con numerosos guiños a productos y guisos de la tierra. La clasifica en: “Bocaicos”, “Compartimos”, “Finales” y “Cosicas Dulces”.
La selección de vinos con 50 referencias no es muy larga pero es interesante. El recargo es moderado, más que aceptable y la cristalería adecuada. El servicio del vino a la temperatura correcta, sin más formalidad que la presentación, apertura, prueba y primer relleno.
Nuestra elección:
Chupito de bienvenida, una original, crema de remolacha, crema fría, sabrosa, fina y de final dulce.
Rollito de pollo, con toque oriental. Una crujiente pasta estilo filo envuelve el pollo acompañado de salsa suavemente picante de ¿curry?
Tataki de atún a la brasa con aceite, salsa de yogur, wasabi y suave salsa de soja. Este plato nos encantó, un buen taco de atún simplemente marcado acompañado de la salsa de yogur, el wasabi y el aceite a la brasa que le daba la gracia del toque ahumado. La soja presentada en una pipeta para aderezar al gusto, un tanto incomoda, según mi parecer.
Canelón de pato con mostaza suave. Combinación acertada y original. La mostaza que acompañaba suave de verdad, sin desvirtuar el resto de sabores.
Huevos rotos con setas de temporada y trufa. Este plato también triunfó, tal vez por gusto personal: no puedo resistirme a pedir esta combinación (para mi ganadora) de huevos, setas y trufa.
Pluma de bellota asada a la parrilla. Buen producto, bien asado, acompañado de un popurrí de verduras frescas salteadas.
Cada uno eligió un postre: cuajada cremosa de queso y fresa, natillas de vainilla y chocolate con avellanas. Probé los tres y me quedo con el que elegí yo, el de chocolate que me recordaba a la Nocilla de mi infancia.
Para beber inicialmente un maravilloso Tricó 2009, maduro complejo, pero muy vivo, con suficiente acidez, un lujo de vino. Seguidamente un estupendo monastrell de la tierra, Juan Gil crianza 2011.
Este cocinero aúna, además de escuela y buena técnica, una acertada creatividad. Habrá que seguirle la pista.
Recomendable restaurante en el centro de Murcia, donde puedes comer a base de tapas originales muy bien cocinadas.
Post completo ilustrado con fotos en: http://www.vinowine.es/restaurantes/el-arte-del-tapeo.html
Aquí te lo dejo para más información.
http://elviajero.elpais.com/elviajero/2013/01/31/actualidad/1359644736_465137.html
Muchas gracias Ada.
¿Poniéndote al día en verema?
Besos.
Siiii!! Con esto de las vacas... queda poco tiempo para esto. Poquet a poquet...
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