Hay que volver

Un miércoles, me tomo el día libre y con el sol de testigo, recorro la costa occidental de Cantabria llegando a Comillas, la idea del día que hacia la puede dar, si digo que la playa estaba muy poblada con la gente tomando el sol y bañándose incluso, en el mes de abril en el Cantábrico.

Comillas en mi criterio, tiene pocas posibilidades en cuanto a restaurantes de cierto nivel.

Tras tomar algo en la concurrida Plaza del Corro, donde fui testigo del nivel de rabas que ponen a las turistas: deleznable.

Pues encontré este restaurante en la zona de la lonja (adjunto a la misma y usando el nombre), en un entorno magnifico, delante justo de los barcos, acera sin posibilidades de circular los coches (donde los fines de semana se colocan mesas) y en la planta de arriba con vistas al mar y a un paseo intermedio peatonal, donde en verano también se colocan mesas y que tiene que ser una maravilla, si el famoso nordeste no hace de las suyas.

La zona de planta baja es para tomar algo y se sube por una escalera algo estrecha a la planta superior donde comimos, con unas mesas ligeramente juntas, con manteles y servilletas de papel (pero de los buenos, je je ). Pero ¡ que vistas¡
Copas de buen nivel y vajilla discretita.

El personal muy amable tanto el que atiende la sala como el cocinero. Ante la sorpresa de tener gente entre semana (éramos dos mesas ocupadas, supongo que por el solillo y ser una semana con niños de vacaciones)) la carta era algo escueta. Tiene un menú por 12.50 euros).

Tomamos de primero para compartir: chopitos(buenos) y zamburiñas con una salsa muy lograda.

De platos: dos entrecot con unas patatas fritas en sartén y cortadas a mano: buen nivel de la carne.

No tomamos postres al no disponer ante la falta de previsión de clientela, de postres hechos en la casa.

Carta de vinos con pocas opciones pero con precios ajustados, como ejemplo: tomamos un rioja Ares crianza 2007 a 11.50 euros con IVA incluido. El servicio del vino muy discretito.

Agua, mas dos cafés alzaron la cuenta a 60 euros..

En la calificación final, el resultado tiene que ser discreto, pero entre la posibilidades en días de verano, con el personal con previsiones de clientela, la falta de competencia del lugar, el mar a un paso, creo que es un lugar a apuntar y rendirle al menos una segunda visita, con vista a comprobar sus posibilidades.