Paseando por Chinatown decidimos entrar (aún no sé porque) a este pequeño restaurante. La entrada con una cristalera de donde colgaba un neón, bastante "cutre", como el interior; sencillo, sencillo. Las mesas sin mantel, con dos platos, unas tazas y unos palillos (dudo incluso que tengan cubiertos...). El hombre que nos atendió, chino, claro, hablaba casi peor inglés que yo, que ya es decir, muy amable. Nos sirvió una tetera para beber y empezamos a pedir. Unos dumplings de cerdo y verduras (excelentes), un plato de pasta con ternera (muy bueno), una sopa de fideos, espinacas y costilla de cerdo (también riquísimo)... y no nos dejó pedir nada más, ya que dijo que teníamos suficiente; y, claro, tenía razón. Raciones enormes. Nada más terminar, nos retiran los platos y seguidamente nos deja la cuenta en la mesa. Ale, a paseo.
Si os gusta la comida china, una opción realmente buena y económica. Yo volvería sin duda.
El precio está en dolares, y como la cuenta estaba en chino, supongo que llevaba los impuestos incluidos.