Cena sábado por la noche. Local lleno pero con una separación de mesas correcta. pedimos el menú de tapas y nos gusto todo, especialmente los buñuelos aunque los postres mejorables. la decoración agradable y cómoda. Servicio justito pero espero con mas rodaje mejoren. El servicio del vino bajo mínimos pero lo mejor el precio del vino, prácticamente a precio de tienda. De hecho nos dimos el gustazo de tomar una botella de champagne Veuve Cliquot a 35 euros cuando lo normal en un restaurante es pagar no menos de 50 euros. RCP excelente. Me gustó el concepto y pienso repetir para ver si corrigen los fallitos lógicos por otra parte en los comienzos de cualquier restaurante

No puedo empezar de otra forma, simplemente me ha encantado este nuevo restaurante, miércoles por la noche y lleno a rebosar, el local es precioso, muy acogedor y con recovecos que lo hacen mas intimo, hay un comedor donde las mesas están un poco juntas, pero donde nos sentaron a nosotros (y esa es la ventaja de llegar los primeros) se estaba de maravilla. La decoración mas bien rústica, el piso de arriba encantador. Y la comida... buenísima, pedimos todo para compartir:
-buñuelos de bacalao
-ensaladilla rusa
-tortilla de patatas
-navajas con aire de limón
-langostinos rebozados con salsa Thai
-Entrecotte de ternera.
-Torrija de horchata con helado de turrón

Estaba todo riquísimo y muy bien presentado, el servicio correcto y el local, vuelvo a repetir, precioso. Volveremos a menudo. Os lo recomiendo. Ah!, tomamos vino por copas y cervezas, los vinos están muy ajustados de precios. Enhorabuena a todo el equipo

Dos visitas en diez días dan a entender que la propuesta me ha parecido interesante.
El entorno me parece muy agradable.
Además de la carta, ofrecen un menú a mediodía, de tres entradas, un plato principal y un postre por 15,50 más iva. Los sábados las entradas con cuatro y el precio 18 euros mas iva. Desconozco, de momento, las opciones de la noche.
La carta de vinos, sin ser extensa es interesante y con precios moderados. Existe la posibilidad de pedir vinos por copas.
Confirmo la impresión del comentario anterior, de que a veces el servicio resulta lento.
El servicio del vino es mínimo, solo descorche. Las copas de baja calidad.
Me parece buena idea la del gastrobar.

http://www.ojoalplato.com/archives/3816

Hemos ido a cenar un lunes. Local muy bien decorado en edificio antiguo. Carta corta de segundos, pero con buen surtido de tapas para tomar como entrantes. Hemos pedido un surtido de entrantes: patatas bravas, croquetas, foie, brocheta de alcachofas, montadito de morcilla de burgos con huevo de codorniz y buñuelos de bacalao. Todo muy bueno con un fallo en las croquetas que tenían el centro frío (hay que cuidar esa descongelación). De segundos la carta ofrecía: canelones, carrillera, entrecot, pescado del día y all i pebre. Dos han pedido pescado del día, han dicho que no había por ser lunes, han pasado a all i pebre y al cabo de un rato han venido a decir que tampoco había. Por tanto hemos pedido carillera (estupenda), canelones (muy buenos) y entrecot (normal). De postre hemos probado la torrija (muy buena), la mousse de chocolate (normal) y el tatin de manzana (muy bueno). Solo bebíamos dos, por lo que hemos pedido vinos por copas. En la carta hay por copas un cava, tres blancos y cuatro tintos. Hemos pedido cava de aperitivo y han dicho que no había, el blanco y el tinto que nos han servido estaban bien, pero no para recordar el nombre. La carta de vinos tiene precios muy ajustados.
El gran defecto: la lentitud. Hemos entrado a las 9:30, a las 9:40 habían tomado nota y los entrantes han durado hasta las 11:15 (mas de hora y media). Luego han salido los segundos y el postre ha tardado otros 15 minutos. Hemos salido a las 12:00 en total 2 horas y media y porque hemos renunciado al café y las copas porque se había hecho tarde y estábamos un poco aburridos. Si mejoran el ritmo será un sitio reocomendable.

Cena burbujil y primera visita a este nuevo restaurante situado en el casco antiguo de valencia. Digo primera porque después de la experiencia seguro que repito.

Local de dos plantas, dividido en varias estancias con una decoración donde se funden los estilos, a mi me encantó. Un único problema son los sofas para comer, aunqeu seas alto siempre te quedas demasiado bajo para la altura de la mesa. Nosotras lo arreglamos utilizando algunos cojines que apilamos para alcanzar la tabla. Y estuvimos cómodas toda la noche, cada vez más cómodas. Esto creo que es proporcional a la cantidad de vino ingerido.

La carta cuenta con una serie de tapas y platos principales para elegir. Pedimos los buñuelos de bacalao que estaban estupendos, las patatas bravas (velitas encendidas, dedos manchados de alioli, nada que ver con el amontonamiento de patatas que se nos presentan en los bares de tapas) alineadas y de una en una a doble columna, ensaladilla rusa, langostinos rebozados con pango y salsa thai, croquetitas de jamón, pimientos y gamba, ensalada y canelones de voletus exquisitos.

De plato principal optamos por bonito, rape y carrillera de buey. Todos los platos con un punto estupendo de cocción.

Lo más flojo los postres, demasiado dulces para mi parecer. Ni el de chocolate, que me pierde siempre, ni la torrija, que no me perdería nunca, me agradaron.

Cervezas, vino (dos botellas de albariño, cuyo nombre no recuerdo), agua, risas y lo mejor la compañía. Chicas como lo hacemos que siempre nos tienen que echar ??!!! =)

Primera visita al nuevo local de Raul Aleixandre, de entrada nos sorprendió el edificio que aún no conocíamos: tiene dos plantas, en la segunda te encuentras hasta un pequeño confesionario. La decoración agradable con grandes aparadores. Nos ubican en una mesa redonda con unas sillas muy comodas.
Echamos un vistazo a la carta y nos decidimos por el menú a 18e compuesto ese día por:

Buñuelo de bacalao: Excelente
Ensaladilla Rusa con polvo de oliva negra: Normal
Langostino rebozado con pango y salsa thai: Rico
Morcilla con trinchat de col, patatas paja y huevo de codorniz: muy buena.
Hasta aquí un pero: El tiempo del servicio demasiado rápido, nos juntamos con todas las tapas casi a la vez por lo que hubo que correr para que no se enfriasen algunas.
De plato principal Arroz marinero, bueno pero demasiado salado, una pena.
De postre muy rica la torrija de horchata con helado de turrón y tofee acompañada de vinos dulces(etim garnacha y moscatel Enrique Mendoza)

En cuanto a la bebida, tomamos unas cervezas y campari de aperitivo y un buen chardonnay CLOS MONTBLANC a 13e D.O.CONCA DE BARBERA. Buen servicio del vino y carta con precios muy comedidos para estos tiempos de crisis.
Buen servicio, muy amables y con ganas de agradar, nos indicaron que no cerraban por la tarde, así que elegimos unos mojitos (5e) de la carta de cocktails que tienen.

Resumiendo local muy recomendable que lleva abierto un mes y ya llenan ,por lo que cuando corra la voz será complicado reservar.Esta bien que nuestros mejores cocineros abran estos locales más asequibles para nuestros bolsillos.

Antes de entrar en matizaciones he de decir que la experiencia fue buena por no llamarla muy buena, partiendo de un precio inmejorable.
Es decir, si todo me pareciera perfecto no estaríamos hablando de un restaurante de 25€/pax.Por ese precio es una de las mejores opciones de Valencia.
A partir de ahí dos recomendaciones a los comensales:
1.- Desterrar la idea de Ca Sento. No es un remedo de Ca Sento. No tiene nada que ver, ni creo que lo busquen.
2.- No es un bar de tapas. Eso sí, se toman unas muy buenas tapas.
Y dos recomendaciones a los responsables del restaurante (que creo no encarecen la cuenta):
1.- No me gusta ver la puerta de la cocina abierta de par en par en la calle. Sobretodo porque una cocina después del servicio no es especialmente edificante. Esta todo sucio, como debe ser, pero no es agradable de ver.
2.- Hace falta un poco de coordinación en el servicio. Varias veces vinieron a tomar nota de los postres y de las copas, aunque estuvimos un mal día noche del 18 de marzo, fallas y a tope el local.
Por lo demás, me sumo a lo que han dicho el resto de "opinantes" un sitio recomendable de todas, todas. Con el tiempo seguro que pulen todo esto.
Ah! Y las torrijas y las croquetas de bacalao muy buenas, pero, insisto no esperéis la excepcionales croquetas de bacalao o las antiguas torrijas de Ca Sento. Por cierto, sí, una salvedad: ya no se llevan los postres tan dulces, un poquito menos de tofe, a la torrija, le vendría bien.

Para llevar sólo 15 días abierto, están rodando bien, al principio el tempo demasiado rápido pero luego más pausado. Pedimos el menú por ser fabuloso a 18 €. Por ser Fallas ha subido un poco. El buñuelo de bacalao y la ensaladilla muy buenos así como el calamar con panceta y la morcilla de burgos con huevo y patatas paja. Como plato merluza con salsa verde muy fina y contundente de sabor.De proste fresas con helado y jugo de moras. El vino por copas se agradece y probamos para el primer plato un blanco valenciano pero como eramos buenos bebedores optamos por la botella a un precio increible, no le carga casi nada. Bien por Raúl que como él dice lo que quiere es que no te coretes y te bebas 2 botellas y así la cosa rula y hay alegría. Que verdad.
El lugar muy acogedor , las sillas comodísimas y Raúl explicando la idea del Restaurante argumentando con mucho criterio. Le deseo lo mejor. Los mejores cocineros de la Comunitat están iniciando la idea de comer muy bien a un precio razonable y prestando por una vez la atención que se merece el vino para acompañar tan excelentes viandas. A ver si otros siguen su ejemplo.

Ya tenía ganas de probar el nuevo local de Raúl Aleixandre, y hoy he dado cuenta de él.

Para gustos, colores. Y en mi caso, con todos mis respetos para Quique Dacosta y su Mercatbar, me inclino más por Trenca Dish, por varios aspectos. Pero eso no supone que sea excluyente, pues cuanto mas numerosa y mejor sea la oferta, mejor para todos.

Ocupa el emplazamiento del antíguo restaurante ARBEQUINO en C/Padre Tosca, 3 (antes C/Viriato), detrás de las Torres de Serranos.

Coincide con Mercatbar en una propuesta sencilla de varios entrantes (4), un plato principal, y un postre. Todo a un precio final de 18 € (sin bebidas). La calidad de la materia prima es notoria y las elaboraciones son sencillas (como era de suponer) con un resultado final muy correcto.

Básicamente se nutre de snacks y entrantes al estilo de Ca Sento (ojo, al estilo, no iguales) y de un buen plato central. No olvidemos que estamos hablando de un local para comer tapas (como dice Ferrán), no de un local para ir a tapear; ni, por supuesto, de un restaurante como Ca Sento.

Pero, empecemos con las diferencias:

- El local es muy agradable, pues se trata de una antígua casa con varias estancias/comedores a distintas alturas, decorado con sencillez y buen gusto. Un ambiente que facilita una velada mucho más placentera (lo único malo es el acceso, pues la calle es más bien un callejón)

- NO HAY QUE HACER COLAS (eso de "hacer puerta" como que ya no me va, porque uno ya va teniendo una edad y no está para estas cosas): sencillamente se llama y se reserva (como es de ley y respeto con el cliente).

-No les preocupa que otros locales estén marcados por la moda y que la gente se agolpe para "ir a verlo y a dejarse ver": "esto es una carrera de fondo".

- La carta de vinos la ha diseñado Amanda (Ca Sento): reducida y con un perfil de vinos sencillos y de precio muy comedidos. A medio plazo, seguro que irá introduciendo alternativas de más nivel.

- Por último, no cierra por la tarde, lo que permite poder tomarse una copa tras la comida (sin pensar en que alguien pueda estar esperando tu mesa para comer).

La propuesta de esta semana era:

- Anchoa casera sobre cebolla pochada.
- Navaja con espuma de limón
- Tempura de alcachofa con salsa romescu
- Canelones
- Arroz marinero
- Brownie de chocolate con helado de leche merengada

Acompañado con un ribeiro Coto de Gomariz, con treixadura, albariño, godello y loureira, color pajizo con aroma a manzana, equilibrado, con un ligero tono dulzón final muy agradable (13 €). El servicio del vino se limita al envinado de copas inicial.

En definitiva, un nuevo local altamente recomendable.

En el histórico Barrio del Carmen (muy cerquita de mi casa!!!), en el espacio que anteriormente ocupaba el restaurante Alberkino, ha abierto Raúl Aleixandre su nuevo local de "dinars & drinks", así que para iniciar bien la semana fallera decidimos visitar el Restaurante. Teniamos reserva para las 15:15 h, pero al llegar y solicitar la mesa parece que existe un problemilla y cierto lio con las reservas, asumen el error, se disculpan y en poco tiempo nos dan paso al comedor.
El lugar me pareció muy bonito, nunca entré cuando era Alberkino, y la verdad que me sorprendió el interior, una casa muy bonita y acogedora, salón en planta baja y primer piso, una claraboya en el techo permite la entrada de luz natural, mobiliario de corte clásico, bonito y cómodo, combinado con elementos contemporáneos, manteles y servilletas de papel.
El menú del dia (18 €) constaba de 4 entrantes (esgarraet con chips de ajo, buñuelo de bacalao, alcachofas con romesco y langostinos), plato a elegir entre salmonetes o arroz marinero y de postre brownie de chocolate con nata. El responsable de sala, el mismo que nos atendió amablemente con el tema de la reserva, nos comenta que ciertos desajustes en el dia ha hecho que las entradas no puedan ser exactamente las propuestas así que finalmente tomamos:
Esgarraet con chips de ajo, montadito de esgarraet muy bueno.
Buñuelo de bacalao, me gustó mucho, el buñuelo muy rico y ligero relleno de una suave crema de bacalao.
Anchoa sobre cebolla tierna, muy buena.
Pizza, masa fina y bueno tanto el queso como el tomate seco.
Navajas (una por persona), buena.
Sí eché en falta una mínima explicación o introducción de cada entrante, más todavía en las modificaciones del menú, también quedaría muy bien un cambio de cubiertos al finalizar las entradas.

Llega el momento de los platos, habíamos pedido arroz marinero y salmonetes, pero nuevamente nos advierten que se han agotado las existencias, por lo que nos ofrecen entrecot, pero la verdad es que yo prefería tomar algo de pescado con lo cual al final nos sirvieron entrecot y corvina. El pescado me gustó, muy bien hecho, el entrecot (yo probé un trocito) un poco demasiado hecho (quizá al ser el corte bastante fino), pero de buen sabor.
El postre tampoco fue brownie, fue una tabletita de mousse de chocolate con nata, bien.

Para cerrar café americano y cortado.

Acompañamos la comida con 2 dobles de cerveza por persona y para la corvina pedí una copita de K-Naia de rueda y a mi mujer le sirvieron, sin pedirla, una cañita de cerveza (estaba terminando su segundo doble), ambas consumiciones fueron cortesía de la casa. La carta de vinos no la llegué a consultar, por tanto me faltan elementos para puntuar el apartado de servicio del vino, me queda pendiente para otra ocasión.

En resumen, nos fuimos con una buena sensación del lugar, la comida está muy bien, buen genero y bien tratado, el espacio muy agradable, y si bien el dia salió un tanto torcido, pudo más la voluntad por solventar los problemas, la amabilidad en el trato y la sinceridad a la hora de reconocer errores que la sucesión de inconvenientes. Me quedo con ganas de volver y comprobar que, efectivamente, un mal dia lo tiene cualquiera.