Sin lugar a dudas es mi restaurante favorito de Lanzarote, siempre que vienen amigos o familiares a visitarnos los llevamos allí, ¡nunca falla! El restaurante ha obtenido varios premios por su alta cocina creativa a nivel nacional, entre ellos "Bib Gourmand" de la guía Michelin.
A principios de este año 2017 han realizado una reforma integral del restaurante, que sin perder su esencia, al más puro estilo César Manrique, lo ha dotado de un aire mas "chic" y fresco, lo que ha derivado en un servicio más ágil en el servicio de sala.
Si van el fin de semana o en época alta de turismo, recomiendo reservar antes vía web o por teléfono, ¡porque se llena! y si pueden comer sobre la 1:30 el restaurante está más tranquilo que horas más tarde.
Mi mesa favorita es la situada en el comedor interior, junto a una ventana del fondo desde la que se divisaba la impresionante playa de Famara y parte del imponente archipiélago Chinijo; La terraza está también bien, pero en días en los que el viento arrecia fuerte resulta un poco más incómoda. Las mesas son amplias y vestidas con clase, también tienen tronas para los más pequeños y su equipo es fantástico con los niños, ¡y eso se agradece cuando eres madre y vas con niños!
Les recomiendo que escuchen y opten por las sugerencias del día, que Marco o Pedro les recomienden, aunque son un clásico los entrantes como la morena frita, el pulpo al grill, el tarta de atún y las croquetas, de segundos para los más pequeños los filetes de cherne con papas fritas, muy fáciles de comer, o los taquitos de merluza frita con papas, y para los mayores pescado fresco o el espectacular atún ( solo en temporada ), y si lo riegan todo con una botella de vino blanco seco de DO Lanzarote fermentado en Barrica ¡espectacular!
Mi postre favorito es la tarta de queso que hace Juan... ¡indescriptible! ( sigo detrás de su receta ) aunque el coulant de chocolate se le acerca bastante.
La calidad precio es adecuada. Y el personal es muy majo.